ECONOMíA › CARLOS MELCONIAN, TITULAR DEL BANCO NACIóN, PLANTEó “LO QUE NECESITA EL PROGRAMA ECONóMICO”
“Se está solucionando la herencia K pero no la herencia país”, postuló el economista ayer en un almuerzo con profesionales. Marcó la necesidad de una segunda etapa del programa económico que avance en las reformas macro.
› Por Federico Kucher
“Este país se está haciendo grande de golpe. Pero todavía falta solucionar algunos temas como la solvencia fiscal. Es uno de los problemas estructurales que Macri deberá resolver en los próximos ocho años”. Lo dijo el presidente del Banco Nación, Carlos Melconian. Aseguró que aumentar las tarifas no alcanza para remediar las tensiones. Indicó que el equipo actual se está haciendo cargo de resolver la “herencia K”, pero que posteriormente habrá que enfrentar el desafío de la “herencia país”, en donde el promedio de inflación de los últimos sesenta años fue del 80 por ciento anual, el déficit de las cuentas públicas fue la norma en casi todas estas décadas y los “gobiernos populistas” tuvieron tendencia a apreciar el tipo de cambio real. Remarcó que será necesario avanzar en una propuesta más agresiva de ajuste para sanear las cuentas públicas. “El programa que se necesita no es sólo subir un poquito las tarifas. La reforma macroeconómica y la capacidad de generar optimismo van a ser parte de los drivers (conductores) del crecimiento”.
Melconian fue el expositor invitado del almuerzo mensual que realiza el Consejo Profesional de Ciencias Económicas. En su presentación de ayer, el economista concentró la prioridad de la agenda para la economía local en las “distorsiones fiscales” y la falta de divisas que dejó la gestión anterior. “No se puede comparar el desastre que hicimos acá en materia de reservas internacionales y de exceso de gasto público. Antes del cepo había 52 mil millones de reservas (y en la actualidad cerca de la mitad). El resultado fiscal marcaba un superávit de 3 puntos a comienzos del kirchnerismo y ahora tenemos 7 por ciento de déficit. Este rojo, por más que se diga el disparate que está inflado, es real. No hay nada inventado”, señaló. Los despidos en el sector público y privado, la pérdida de poder adquisitivo de la población de menores recursos y la aceleración de la fuga de capitales en los últimos meses no entraron en la charla de Melconian sobre la macroeconomía del país, la región y el mundo.
El presidente del Banco Nación remarcó que será necesario avanzar en una propuesta más agresiva de ajuste para sanear las cuentas públicas. “El programa que se necesita no es sólo subir un poquito las tarifas. La reforma macroeconómica y la capacidad de generar optimismo van a ser parte de los drivers (conductores) del crecimiento”. Indicó que la Argentina tiene dos grandes desafíos por delante. “Hay un tema de herencia país y otro de herencia K. Se está solucionando la segunda pero también habrá que ver qué se hace con la otra”. La inflación es uno de los problemas estructurales a resolver para Melconian, que aseguró que desde mediados del siglo pasado hasta la actualidad los precios subieron a un promedio de 80 por ciento al año (sin contar la hiperinflación).
Destacó el éxito de la convertibilidad para moderar el proceso inflacionario, al asegurar que fue una de las pocas etapas en que se pudo anotar inflación de un dígito, aunque aclaro que la contracara fue el desempleo elevado. El desequilibrio de las cuentas públicas fue otro de los elementos estructurales que remarcó el titular del Banco Nación. “El presidente (de la Nación) tiene bien en claro que el país arrastra 50 años de déficit. Y lo digo porque así es la forma en que lo piensa Mauricio Macri”. En cuanto al valor del dólar de “equilibrio”, Melconian aseguró que “algunos gobiernos, como el de Cristina”, tuvieron la tentación de apreciarlo, en tanto que estimó que con los precios actuales es necesaria una cotización de 16 pesos para ubicar la paridad real en el nivel promedio de las últimas décadas.
El economista, a quien Carlos Menem le había ofrecido dirigir el Palacio de Hacienda si ganaba las elecciones de 2003, mostró preocupación por las tensiones que atraviesa Brasil y el impacto que tiene para la economía local. “Llevan tres años de recesión y tienen un fuerte déficit fiscal generado por el crecimiento explosivo de los pagos de intereses. En Argentina el bache es cualitativamente diferente, porque es todo primario y no financiero. Ahora en Brasil se agrega el problema político. Lula asumió y lo bajaron tres veces en el mismo día. Uno diría que esas cosas sólo pasan acá pero se nos están copiando”, ironizó. Apuntó que la Argentina muestra fuertes desequilibrios en su relación comercial con Brasil. “Las exportaciones a Brasil representaban 14 por ciento de lo que importábamos de ese país a finales de los noventa y ahora la cifra bajó al 5 por ciento. En 2011 había 40 mil millones de dólares de comercio entre ambas economías y ahora hay 21 mil millones. Y se acumularon 13 años seguidos de déficit comercial” con los brasileños.
Además de analizar las dificultades del mercado brasileño, Melconian señaló que hay perspectivas de cambio para toda la región. “Los programas económicos de Chávez, Cristina, Evo, Correa, no sirvieron. Correa, por supuesto, no era ingenuo y mantuvo la dolarización en Ecuador, mientras que Evo se hace el comunista pero los números fiscales le cierran. Distinta es la situación de Venezuela y de la Argentina en la última década. Pero algo está cambiando en la región. Incluso los progresismos racionales están empezando a girar al centro. La elección de Macri marca un punto de inflexión no sólo para el país sino para toda Latinoamérica”, remató.
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