La Organización Mundial de Comercio (OMC) falló ayer a favor de Argentina en su reclamo contra las trabas comerciales que aplica la Unión Europea a las importaciones de biodiésel. El país había elevado su queja ante la OMC por los aranceles impuestos por el bloque europeo con la excusa de que los precios del combustible de origen argentino eran artificialmente bajos. Esas trabas se endurecieron en 2013 como parte de una suerte de reprimenda de la región por la expropiación a Repsol del control de YPF. Desde la Cancillería sostuvieron que la sentencia representa “el primer paso hacia la reapertura del mercado europeo para el biodiésel argentino”. Esta industria se había visto fuertemente golpeada por la trabas de la UE, siendo su principal mercado exportable. Pese al excesivo proteccionismo que aplica el bloque, la OMC sostuvo que la regulación de la UE que está en el corazón de la disputa no viola sus normas.

El conflicto se inició en abril de 2012, cuando España, que importaba la mitad del biodiesel argentino, dejó de comprar el combustible en represalia a la decisión del gobierno argentino de nacionalizar la petrolera YPF. La Unión Europea aprovechó esa situación para imponer aranceles en defensa de su industria de biocombustibles, menos competitiva que la argentina. En noviembre de 2013 la Unión aplicó un impuesto de importación promedio de 24,6 por ciento al biodiesel argentino. En 2012 Argentina había exportado un total de 1,6 millones de toneladas de biodiesel, el 90 por ciento para el mercado europeo. Las nuevas trabas frenaron completamente las exportaciones con destino a este bloque.

Como respuesta a esta medida, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner inició ante la OMC un reclamo por esta actitud. El entonces canciller Héctor Timerman justificó el caso en que “la magnitud del perjuicio que ocasionará la medida a una industria que se desarrolló recientemente de manera dinámica e innovadora en nuestro país, sumada a su naturaleza claramente proteccionista, no deja otra opción para la República Argentina que el accionar inmediato bajo el Entendimiento de Solución de Diferencias (ESD) de la OMC”. El fallo de un panel de disputas de la OMC en el caso, iniciado a fines de 2013, exigió a la UE que pusiera sus medidas en conformidad. Ahora la OMC dejó en firme esa sentencia. Pero el tribunal de expertos encargado de arbitrar el conflicto aseguró que el bloque europeo no había respetado las normas al realizar su investigación sobre el presunto dumping. La UE sostenía que los precios argentinos eran artificialmente bajos.

Desde Cancillería destacaron el fallo. “Este logro demuestra la eficacia de la coordinación de esfuerzos entre el gobierno y el sector privado, y la férrea decisión de la Cancillería de procurar, a través de todos los mecanismos disponibles, el acceso a los mercados internacionales de los productos argentinos, como instrumento de desarrollo nacional”, detallaron a través de un comunicado. La disputa fue iniciada por la anterior administración y no hubo nuevas presentaciones por parte del gobierno de Mauricio Macri, que ahora busca adjudicarse el éxito de una gestión en la que no intervino. “Es un fallo muy positivo, dado que la OMC insta a la UE a que se ajuste a derecho y revise los costos y márgenes de producción que había asignado a las empresas exportadoras ya que no se ajustan a la realidad de la industria argentina”, aseguró Víctor Castro, director ejecutivo de la Cámara Argentina de Biocombustibles (Carbio). El directivo consideró que por el proceso de apelaciones las exportaciones se repondrán recién el año próximo.

En el fallo de la OMC se dejó en claro que la regulación de la UE no viola las normas internacionales. Castro explicó que el bloque europeo utilizó un procedimiento permitido por la OMC, “pero reemplazaron los cálculos reales por costos artificiales”. “Nadie estuvo vendiendo debajo de sus costos. El fallo dispone que la Comisión Europea utilice los costos de producción reales para los cuales las principales empresas exportadoras fueron sumamente colaborativas con la UE y abrieron toda su información disponible”, agregó. La decisión de la OMC tampoco hizo lugar al alegato europeo del supuesto daño que les provocan las exportaciones argentinas a su industria, dado que el problema europeo es que tiene una capacidad de producción que duplica su consumo.

El procedimiento de la OMC contempla una instancia de apelación. Se espera que la Comisión Europea recurra el pronunciamiento en un proceso que dura 90 días pero, según la demora de la organización en llamar a las partes, se puede extender todo este año. La UE utiliza diversos mecanismos para-arancelarios para proteger su industria. En el caso del biodiesel se destacan los estándares ambientales sobre la calidad del combustible, lo que ya había incrementado los costos de las exportaciones argentinas hacia ese mercado.