Luego de la última batería de aumentos en los servicios públicos, los principales funcionarios del Gobierno salieron ayer a justificar los tarifazos al afirmar que se trata de un “sinceramiento” y una “readecuación” necesaria. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, sostuvo que la política que se está llevando adelante es “gradualista”, dando a entender que el impacto sobre el bolsillo podría ser aún peor; su par de Transporte, Guillermo Dietrich, remarcó que el incremento “en términos de plata no es tanto”, mientras que la vicepresidenta, Gabriela Michetti, declaró que las subas, en algunos casos superiores al 500 por ciento, “son para darle mayor bienestar a la gente en el futuro”. La funcionaria sorprendió además al ponerse en el lugar de los damnificados por los aumentos. “Tengo un sueldo más alto que una persona normal, pero me afectan los aumentos. Sufro el aumento del gas y el de la luz. Es una situación difícil”, remarcó.

“Más allá de que a mucha gente le haya parecido un shock, esto ha sido una implementación gradualista. Nosotros todavía no estamos recuperando el costo de producir energía eléctrica y o el costo de generar gas y petróleo en la Argentina”, afirmó el ministro tras la serie de aumentos que ejecutó el Gobierno en los últimos días, aseguró el ministro de Energía, Juan José Aranguren, para justificar la suba en las tarifas de gas que en promedio costarán un 300 por ciento más caras, aunque para los segmentos de menor consumo trepará hasta un 525 por ciento.

Aranguren sostuvo que más allá del momento en el que se lleva a cabo el aumento de tarifas “hay que ver la necesidad, que es no solamente pensar en lo que nos pasa en el día de hoy sino también en el largo plazo, de cómo poder tener la energía necesaria para sostener la actividad económica”. En declaraciones radiales, el funcionario sostuvo que debido a que la tarifa de gas “ha sido baja, ha aumentado la demanda y hoy no la podemos satisfacer con producción local” y reprochó que Argentina ha “pasado de ser un país productor de gas a ser un importador de gas”.

“Estamos sincerando una relación en la que los costos de producción no tienen relación con la remuneración que esos costos tienen y se está haciendo cargo un Estado que está quebrado y que ha recibido una herencia que le impide mantener el estado de situación”, apuntó. Desde Washington, donde acompañó al presidente Mauricio Macri en la Cumbre de Seguridad Nuclear, insistió en que “esta readecuación de tarifas tiende a poder lograr una posibilidad de estar transformando los recursos nuestros en reservas y posteriormente en producción y así reemplazar la producción que estamos importando en este momento”.

Otro de los que salió a defender el ajuste fue el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich. “A la gente esto le impacta, parte del populismo es esto de acostumbrarte a recibir cosas gratis totalmente con muchas inequidad, porque por ejemplo la persona que toma el colectivo en Río Cuarto (Córdoba) el año pasado pagaba 10 pesos”, señaló para justificar la suba de 100 por ciento en la tarifa de colectivos y trenes y de 66 por ciento en los subtes.

“Hace dos años que el boleto de colectivo y trenes no se toca y eso hace que obviamente cuando genera un aumento que porcentualmente es muy grande, pero en términos de plata no es tanto, porque la base es tan chica y la situación hace que los porcentajes son terribles”, agregó el ministro, en línea con la argumentación que había esbozado en enero el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, cuando aseguró que los aumentos en la tarifa de luz, que por entonces se estaban por concretar, iban a equivaler a dos pizzas. Dietrich también coincidió con Aranguren en que los aumentos de tarifas supuestamente forman parte de una política “gradual”. “Este año vamos a mantener los subsidios y además los estamos aumentando en el caso del transporte”.

La vicepresidenta en ejercicio de la Presidencia, Gabriela Michetti, también se expresó a favor del tarifazo. “El Estado se tiene que encargar de lo que se tiene que encargar, y las cosas que no puede hacerse cargo, porque en definitiva no le corresponde, las tiene que pagar el ciudadano”, expresó. En declaraciones radiales, la funcionaria adjudicó la situación recibida “al nivel de atraso y de locura, de demagogia y populismo” del Gobierno anterior, y sostuvo que las medidas tomadas son para darle “mayor bienestar” a la gente en el futuro.

Michetti admitió que “son varios los aumentos”, pero dijo que tienen que ver “con una realidad súper especial, que es un Estado que ha desbarrancado absolutamente en sus cuentas públicas, y que no tiene ninguna posibilidad de seguir sustentando los subsidios”. La vicepresidenta, que está a cargo del Poder Ejecutivo por el viaje del presidente Mauricio Macri a la Cumbre Nuclear en Washington, Estados Unidos, sostuvo además que el nivel tarifario era “muy injusto si se compara con el resto de los países de América Latina, que son más pobres en recursos”. “Muchas veces son medidas antipáticas, que no son para salir siempre a festejar, pero que tienen que ver con garantizar que el Estado se haga cargo de lo que se tiene que hacer cargo, como es la Salud, la Educación de calidad y el ataque al narcotráfico”, concluyó.