“Los laboratorios están retirando algunas presentaciones y reduciendo las unidades de otras, en una maniobra deliberada para quitar del mercado determinados productos cuya rentabilidad consideran agotada y con el ardid de ingresar otras similares, de un precio mucho mayor”, denunció ayer el gremio de visitadores médicos nucleados en la CTA. Especificaron que las empresas despliegan esas maniobras para el caso de la ciclofosfamida, utilizado para tratamientos de quimioterapia en casos de cáncer de mama, y en el otro extremo, con las populares Aspirineta y Cafiaspirina.

La entidad advierte que en el país hay tres versiones de ciclofosfamida, de los laboratorios Dosa, Filaxis y KLM. “Pero sólo hay disponible pocas unidades en el mercado y algunos de los laboratorios han dejado de producirla o admiten que hay faltante”, dicen los visitadores médicos. La Anmat, por su parte, confirmó que el único producto con presencia en el mercado es ahora el LKM, laboratorio que además admite estar en falta debido a un retraso en las elaboraciones, aunque estima proveer el mercado con nuevos lotes para principios de mayo. La ciclofosfamida figura en el listado de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud (OMC) desde 2007.

Por otro lado, la entidad gremial denunció que el laboratorio Bayer retiró del mercado sus presentaciones de Aspirinetas por 98 unidades y Cafiaspirina por 100 unidades “luego de que a mediados de enero debieron retrotraer sus precios, por pedido de la Secretaría de Comercio”. A través de esa estrategia, Bayer pasó de vender a 0,41 peso la unidad hasta un valor de 1,18 pesos la unidad de Aspirineta, un 140 por ciento de aumento encubierto frente al año pasado. Asimismo, la Cafiaspirina pasó de 0,41 peso la unidad en octubre a un total de 0,79 peso a partir de enero, un aumento de 93 por ciento. Desde la Secretaría de Comercio no hubo medidas para frenar el abuso de precios por parte de la empresa.