“El precio futuro de los combustibles dependerá del tipo de cambio.” Alieto Guadagni fue clarito. Dio a entender que, tal como se enunciaba durante la gestión menemista que él también integró, el Ejecutivo tiene escasas posibilidades de regular los precios de la economía. Incluso en un mercado tan sensible como el de los combustibles. Según esta observación, habría que agradecerles a las empresas que, tal como definió ayer Guadagni, se comportaron en forma “prudente” después de la devaluación e incrementaron las naftas un 6 por ciento desde fines de febrero. Aunque se negó a adelantar si, tras la renovada carrera alcista del dólar, las petroleras concretarán un nuevo ajuste.
Desde la parte empresaria, al menos desde el sector de los expendedores, la situación se describe como complicada. Carlos Calabró, directivo de la cámara que los agrupa, reseñó que hay varios factores que perjudicaron al sector –como el aumento del precio internacional del crudo, la devaluación, y la caída de la demanda local– y no descartó que haya nuevos aumentos en el corto plazo y desabastecimiento de combustibles en algunas marcas, como Dapsa, Vitol, Sol y Rhasa. “Las refinadoras que deben comprar la materia prima a precios muy superiores por efecto de la devaluación sólo cumplen los compromisos con las estaciones de sus redes”, comentó Calabró. Para encontrar una solución al conflicto, el directivo planteó la posibilidad de una rebaja de impuestos.