La recaudación tributaria mostró en 2003 un record de crecimiento interanual. Los 72.275 millones de pesos ingresados significaron una suba del 43,2 por ciento respecto de 2002. Así, los impuestos superaron en casi 1000 millones la meta pactada con el Fondo Monetario Internacional. Sin quererlo, el administrador federal de Ingresos Públicos, Alberto Abad, dio argumentos a los técnicos del organismo financiero, quienes no dejan de insistir en que la Argentina tenga un superávit mayor a los 10.000 millones comprometidos. Desde la ávida mirada del Fondo, una recaudación en torno de los 19 puntos del producto puede servir para conseguir un superávit mayor al 3 por ciento del PIB.
En la conferencia de prensa en la que informó los números de la recaudación, Abad se mostró exultante: la presión tributaria, esto es, los ingresos tributarios como porcentaje del producto, creció tres puntos durante 2003 sin que medie mayor variación en las alícuotas impositivas. En este contexto, el funcionario atribuyó parte del mérito al mejor desempeño de la AFIP. No obstante, Abad también destacó “la mejor actitud de los contribuyentes” al momento de afrontar sus obligaciones impositivas.
La realidad es que también los indicadores de la economía dieron su empujoncito. Entre las principales causas de la mejora en la recaudación se encuentra, en primer lugar, el crecimiento de la economía, que se expandió el 7 por ciento. Adicionalmente, aunque todavía no se dieron a conocer las cifras oficiales, se registró también un considerable aumento del comercio exterior. Las importaciones crecieron en torno del 50 por ciento y las exportaciones lo hicieron alrededor del 15 por ciento.
Pero no todos los datos de la macroeconomía fueron buenos en términos de recaudación. El tipo de cambio fue menor en 2003 que en 2002. En promedio el año pasado fue de 2,95 pesos, contra 3,13 del año precedente, reduciendo así los tributos vinculados. También la inflación jugó en contra, pues con una evolución del IPC en torno del 4 por ciento fue menor a la esperada. Los técnicos de la AFIP atribuyeron a esta circunstancia el no cumplimiento de la meta de 75.000 millones que figuraba en el Presupuesto de 2003, elaborado en el más turbulento 2002.
Entre los restantes factores que contribuyeron en forma positiva a la recaudación se destacan:
- Un aumento en la recaudación del IVA del 37,4 por ciento, es decir, de 5705 millones de pesos más.
- Una mejora en Ganancias del 65,4 por ciento, equivalente a 5831 millones más.
- Los Derechos de Exportación crecieron 4190 millones, un 83,4 por ciento, tanto por la mejora de los precios internacionales como por el aumento de las ventas.
- El mayor registro de trabajadores en negro, todavía muy lejos de todo óptimo, y la leve mejora del salario nominal se tradujo en un incremento de los ingresos de Seguridad Social de 2338 millones (+22,9 por ciento).
- En Bienes Personales el aumento de ingresos fue de 1079 millones, lo que en términos porcentuales significó una mejora del 206,1 por ciento. Amén de la pésima recaudación de 2002, las razones del mejor resultado fueron la nueva figura del “responsable sustituto”, por la cual las empresas se hacen cargo del tributo correspondiente a sus accionistas y el aumento del valor en pesos de los bienes en el exterior.
Voceros del Ministerio de Economía se empeñaron en destacar que la mejora en la recaudación respondió principalmente “a la mayor incidencia de los impuestos progresivos”, una visión cuanto menos optimista, ya que el propio Abad destacó que “no hubo cambio en las alícuotas”. No obstante, es cierto que se obtuvieron 828 millones de pesos más por Ganancia Mínima Presunta (+154,9 por ciento), pero los motivos no se encuentran en la mayor presión sobre los más ricos, sino en la eliminación de los planes de competitividad. Los exportadores, en tanto, se vieron beneficiados por unaumento de 1575 millones (+38,1 por ciento) en concepto de devolución de IVA y por 195 millones más por la devolución del factor de convergencia.