Una investigación sobre el perfil demográfico y educacional de los desempleados realizado por la consultora Equis, con base en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que elabora el Indec, muestra las limitaciones del argumento de la “calificación” para explicar el complejo fenómeno del desempleo estructural. Adicionalmente pro-yecta para 2004 la generación de entre 900 mil y 1,2 millón de puestos de trabajo. La investigación concluye también que el 60 por ciento de estos empleos serán en negro, con un nivel de ingresos un 50 por ciento inferior a los del sector formal para igual actividad y carga horaria.
Una de las simplificaciones más utilizados al momento de explicar la desocupación se relaciona con la supuesta ausencia en los desempleados de los estándares de conocimientos requeridos por el mercado de trabajo. Tales estándares pueden estar vinculados tanto a los niveles educativos alcanzados como a destrezas laborales específicas adquiridas a lo largo de la trayectoria laboral. En base a esta visión se elaboran diversas teorías sobre las características del desempleo. La más difundida es la que postula la existencia de un sector moderno, en el que predominan relaciones laborales formales y mano de obra poseedora de los estándares demandados, y un sector marginal, con trabajadores con bajo nivel educativo y escasos saberes adquiridos. La teoría se completa con la afirmación de que el desempleo es mayor en el último sector que en el primero. En consecuencia, mayor calificación y aprendizaje serían la clave para pasar de un sector a otro y también para salir de la situación de desempleados.
Sin embargo, cuando se cruzan los datos de desempleo con los de calificación –en los dos sentidos, nivel educativo y saberes adquiridos– se encuentran resultados que reducen la validez de la explicación asentada en la dualización del mercado de trabajo. Así, los mayores niveles de desempleo se encuentran en las personas con educación hasta secundario completo (21,2 por ciento) y terciaria incompleta. Además, la finalización de los estudios primarios y secundarios (no así los terciarios y universitarios) tienen un muy escaso efecto sobre la posibilidad de conseguir trabajo. El desempleo se reduce del 17,6% a 17,4% en caso de completar la primaria y del 22% al 20,4% para los que egresaron de la secundaria.
La explicación de la consultora Equis explica estos resultados por los efectos de la desindustrialización y reprimarización de la economía sobre el mercado de trabajo: la actual demanda laboral se caracteriza por la poca calificación requerida y los bajos salarios pagados.
En cuanto a las previsiones de crecimiento del empleo, el informe señala que, si el PIB creciese el 5 por ciento, el número de desempleados podría reducirse de los 2,5 millones existentes en el tercer trimestre de 2003 a 2,1 millones en igual período de 2004. Mientras que si el PIB creciese el 8 por ciento los desempleados serían 1,8 millones. Esto significa que deberían crearse entre 900 mil y 1,2 millón de puestos laborales, ya que también debe considerarse, además de los desempleados actuales, la nueva demanda (crecimiento vegetativo).
La proyección supone que cada punto de aumento del producto reduce en 0,6 por ciento la tasa de desempleo abierto para 2004. Un 25 por ciento menos que en 2003, cuando la relación fue del 0,8 por ciento.