El año 2003 cerró también –al igual que otros indicadores económicos– con resultados positivos en materia de empleo. Así lo revelan los cálculos preliminares del Ministerio de Trabajo en base a la Encuesta de Indicadores Laborales que se realiza en los cuatro principales centros urbanos del país. El crecimiento del empleo privado en los últimos doce meses alcanzó al 5,8 por ciento, dato que ayer fue puesto en conocimiento del presidente Néstor Kirchner, quien ordenó de inmediato a su ministro de Trabajo que lo hiciera público. Así lo hizo Carlos Tomada a través de una conferencia de prensa en Casa Rosada, en la que destacó además que dicho impulso en la oferta de puestos de trabajo permitió incorporar al mercado formal a 120 mil beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar.
El empleo industrial, a su vez, se incrementó en un 10,6 por ciento entre los meses de diciembre de 2002 y 2003. El informe suministrado por la cartera laboral destaca, además, que el promedio mensual de crecimiento del empleo en esta rama de actividad fue del 0,6 por ciento en el primer semestre y del 1,1 por ciento en el segundo, lo que revelaría una aceleración en la incorporación de personal por parte de las empresas manufactureras. Entre el piso del empleo industrial –mayo a septiembre de 2002– y diciembre último, la recuperación en el número de puestos de trabajo alcanzó al 12,1 por ciento.
Tomada destacó que el crecimiento interanual del empleo en 2003 “quiebra por primera vez desde 1996 la tendencia a la destrucción de los puestos de trabajo en la industria manufacturera”. Otro tanto sucedió con el empleo en la construcción, aunque en este caso la tendencia es mucho menos definida. Tanto en abril como en diciembre del año pasado se habían verificado caídas en el nivel de empleo en relación con los respectivos meses previos. No obstante, la cantidad de empleos en la construcción –siempre de acuerdo con la encuesta de Trabajo– se recuperó entre diciembre de 2002 y el mismo mes de 2003 en un 23,9 por ciento. El punto más bajo del nivel de empleo en el sector se había verificado entre septiembre y octubre de 2002, acumulando hasta entonces una caída del 37,4 por ciento con respecto a diciembre de 2001.
La evolución del empleo en los distintos conglomerados urbanos relevados por la cartera laboral –Buenos Aires, Rosario, Mendoza y Córdoba– muestra una evolución positiva y bastante pareja entre todos ellos a lo largo del año 2003, entre el 5,5 (Gran Buenos Aires) y el 9,6 por ciento (Gran Rosario) de incremento anual. El repunte del empleo en el área Rosario le permitió recuperar los niveles de junio de 1999.
Según consideró el ministro, la recuperación del empleo, centrada principalmente en el sector industrial, es el resultado de “las opciones de políticas públicas que ha seguido el gobierno”. Así, subrayó la característica marcadamente más empleo-intensivo que tiene hoy la actividad económica en relación con la década del ‘90. Mientras que en aquel período la relación entre crecimiento del empleo y crecimiento del producto era de 0,3 a 1, en el último año ha sido de 0,8 a 1.
Conforme a un estudio elaborado por la Subsecretaría de Programación Técnica de la cartera laboral, el 45 por ciento de los nuevos empleos se verifican en el sector industrial. El ministro destacó que en el anterior período de crecimiento económico y del empleo, entre los años 1997 y 1998, sólo el 16 por ciento de los nuevos puestos eran creados en la industria manufacturera.
También en el caso de los ex beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar que logran incorporarse al mercado formal de trabajo, se verifica que “la mayor cantidad se inserta en la industria”. De acuerdo con un estudio de la cartera laboral sobre el perfil de los 120 mil subsidiados que consiguieron trabajo, el 80 por ciento tenía experiencia laboral anterior, la gran mayoría se incorporó en los mismos sectores en los que había trabajado y el 60 por ciento cobra más del doble de su ingreso como ex beneficiario (150 pesos). En el caso de las mujeres, agrega el resumen del Ministerio de Trabajo, “lograron insertarse (en el mercado laboral) un 40 por ciento que no contaba con experiencia de trabajo formal”.