ECONOMíA
› ESTABLECEN RESTRICCIONES A LA IMPORTACION DE TEXTILES DE BRASIL
Pedir permiso para traer algodón
Roberto Lavagna anunció que los importadores deberán pedir autorización especial para traer textiles. Asegura que no afectará al Mercosur.
La disputa entre empresarios textiles argentinos y brasileños dio un vuelco. El Gobierno salió en defensa de los productores locales, con una medida que regula las importaciones en ese rubro. El argumento fue que en algunas ramas del sector textil se registra una avalancha de importaciones que está dañando la actividad. En un último intento para desalentar la medida, que parecía inminente, el presidente de la cámara industrial brasileña, Paulo Skaff, pidió llegar a un “pacto entre caballeros” para establecer en conjunto un nivel razonable de importaciones. Pero el ofrecimiento llegó demasiado tarde, además de resultar poco creíble, después de los sistemáticos fracasos en las negociaciones durante casi un año. Roberto Lavagna anunció entonces que los importadores deberán pedir una autorización especial para traer productos textiles. De ese modo, el Gobierno podrá limitar el ingreso de mercaderías.
Los fabricantes argentinos se mostraron eufóricos con la medida. La Unión Industrial y las dos cámaras del sector, ProTejer y la Federación de Industrias Textiles, destacaron en sendos comunicados su satisfacción. “Es una demostración de la vocación del Gobierno de proteger a la industria nacional”, elogió una de las entidades. Los últimos seis meses, los empresarios ejercieron una presión constante para obtener la protección. Además de Lavagna, los interlocutores fueron el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el secretario de Industria, Alberto Dumont. El propio Néstor Kirchner los escuchó pedir que se pusiera un freno a las importaciones.
De acuerdo con datos presentados por ProTejer, las exportaciones de textiles brasileños a la Argentina se incrementaron entre 2001 y 2003 un 34,6 por ciento en promedio, considerando todos los rubros. Pero los mayores aumentos se observaron en algodón (147 por ciento), tejidos especiales (80,2), filamentos sintéticos o artificiales (73,4) y fibras sintéticas o artificiales (74,9). La comparación con 2001 se hizo para neutralizar la crítica de los productores del país vecino, quienes objetaron en algún momento, en medio de las negociaciones para fijar límites de común acuerdo, que se comparara con 2002, el peor año de la economía argentina.
La decisión se tomó una vez que Economía comprobó que las importaciones estaban afectando la producción nacional. Y lo hizo después de que naufragaran los intentos de llegar a un acuerdo entre privados. Lavagna se convenció, además, de que el gobierno brasileño no tenía vocación de intervenir en el tema, llevando las discusiones a la larga. Pero el ministro se preocupó en remarcar que la medida no es contra Brasil ni afectará al Mercosur, sino que su alcance es global. Los industriales lo destacaron, puesto que, de paso, el control ayudará a contener las importaciones desde China.
“Esta medida se aplica para proteger puestos de trabajo de la industria local. Se trata de una medida comercial normal, aceptada por la OMC”, remarcó Lavagna. De todos modos, el ministro alertó que el Gobierno hará un seguimiento estricto de los precios en el mercado interno para evitar que estas restricciones al ingreso de productos importados se transformen en terreno propicio para una disparada de los precios. A partir de la implementación del sistema de licencias no automáticas, los importadores textiles deberán solicitar a la secretaría de Industria una determinada cantidad de licencias, las cuales se irán liberando gradualmente.
La advertencia de Lavagna de que se controlará la evolución de los precios tiene una explicación: desde la devaluación, el rubro Indumentaria fue el que más aumentó. El Indice de Precios al Consumidor subió en ese período un 46,1 por ciento, mientras que los textiles treparon 70,5 por ciento. El año pasado, en tanto, la inflación fue de 3,7 por ciento, mientras que el rubro que engloba a los textiles creció el doble, 7,4 por ciento. La explicación de los especialistas en el sector es que los precios acumularon un fuerte atraso durante la convertibilidad. Sin embargo, el ministro de Economía subrayó que no aceptará abusos. El próximo jueves, el secretario Dumont se reunirá en Brasilia con su par de aquel país, Marcio Fortes, para evaluar los datos de la “comisión de monitoreo”, que se encarga de medir el intercambio comercial en el sector. Los empresarios brasileños proponen que el piso de sus exportaciones sea igual al nivel de ventas de 2003, que los argentinos consideran exagerado. Mientras no haya acuerdo, dijo Lavagna, seguirán las licencias no automáticas.