ECONOMíA › NUEVOS ROCES ENTRE STURZENEGGER Y PRAT-GAY POR LA NEGATIVA DEL BANCO CENTRAL AL USO DE RESERVAS PARA EL PAGO DE DEUDAS
El equipo económico padece las diferencias insalvables entre dos piezas clave: el titular del Banco Central y el ministro de Hacienda. La grieta se ensanchó al oponerse la entidad monetaria a que Prat-Gay pueda utilizar reservas para pagar deudas en dólares.
› Por Federico Kucher
Los problemas de actividad, desempleo y aceleración del proceso inflacionario no se terminaron en el primer semestre. Las dificultades para encausar las variables macroeconómicas potenciaron enfrentamientos entre dos integrantes claves del Gabinete de Cambiemos: el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y el presidente del Central, Federico Sturzenegger. El titular del Palacio de Hacienda acusa al directorio del Central por haber frenado la actividad económica con altas tasas de interés y en la autoridad monetaria se muestran desorientados por la continuidad del déficit fiscal que Prat-Gay ya adelantó para 2017. La forma de cubrir las necesidades financieras del Tesoro para lo que resta del año es uno de los puntos de mayor desencuentro entre ambos funcionarios. Un ejemplo concreto son los 4000 millones de dólares que el Ministerio necesita para abonar la deuda en moneda extranjera de 2016 y pensaba que el organismo a cargo de Sturzenegger le iba a girar con uso de reservas. Pero los directores del Banco Central se negaron a continuar el esquema de pago de deudas con reservas empleado en los últimos años. En Hacienda se vieron obligados a elaborar un plan B para conseguir los dólares, sin tener que salir a emitir nuevos bonos en el mercado de capitales internacional, refinanciando vencimientos con organismos de crédito y alargando los plazos de pago con el Club de París acordados por el gobierno anterior.
La economía se contrae el 4,3 por ciento y algunas de sus actividades clave bajan a un ritmo todavía mayor: la construcción cae 19,2 por ciento y la industria manufacturera al 6,4 por ciento. La inflación tampoco da señales optimistas para la población, al avanzar a un ritmo del 47 por ciento interanual, según el relevamiento de precios de la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, en tanto que los salarios en las paritarias se negociaron en su gran mayoría por debajo del 35 por ciento. Las dificultades para recuperar la producción y bajar los precios generaron nuevas críticas cruzadas entre Prat-Gay y Sturzenegger. El ministro de Hacienda plantea que un mayor recorte del gasto, para equilibrar rápido las cuentas públicas, es social y políticamente inviable, puesto que implicaría más contracción y, por tanto, más tensión en materia de empleo. Desde el Central, en cambio, señalan que el esquema “keynesiano” de Prat-Gay modera la capacidad de la autoridad monetaria de frenar la inflación, debido a que la obliga a emitir para financiar el desequilibrio de las cuentas públicas.
La reticencia del Banco Central para girarle recursos al Tesoro es cada vez mayor y da muestras de las tensiones entre ambos funcionarios. A principio de año, hubo fuertes conflictos de intereses, puesto que se negoció que la autoridad monetaria sólo enviaría al sector público 160 mil millones de pesos para su uso en gastos del presupuesto. Pero ahora los recortes de recursos para el Tesoro se acentuaron, porque el Central se negó hace semanas a enviarle otros 4000 millones de dólares para cubrir pagos de deudas, un monto que en la cartera de Prat-Gay daban por hecho. El pedido se gestionó formalmente, a través del decreto 834, y así fue publicado en el Boletín Oficial. “Se considera oportuno renovar mecanismos conducentes al pago de los vencimientos con organismos financieros internacionales y de deuda externa oficial bilateral correspondientes al presente ejercicio fiscal, mediante la aplicación de reservas de libre disponibilidad”, argumentó la normativa, respondiendo al requerimiento de Hacienda y Finanzas.
Pero la negativa de la autoridad monetaria de financiar al Tesoro implicó elaborar un plan alternativo para saldar la deuda con los acreedores internacionales en tiempo y forma. El objetivo de las autoridades del Palacio de Hacienda es que los organismos de crédito acepten refinanciar todos los pagos, lo que en la jerga financiera se conoce como roll over, y es una práctica habitual de estas instituciones internacionales que presentan para los países en de- sarrollo. La otra apuesta es modificar las condiciones de los pagos con los acreedores del Club de París. La idea es renegociar lo pactado con el ex ministro de Economía Axel Kicillof aprovechando que la Argentina resolvió las tensiones judiciales con los fondos buitres, bajó los niveles del riesgo país y avanzará en una revisión de las estadísticas a través del artículo IV del FMI. En la cartera a cargo de Prat-Gay piensan que los acreedores del Club de París darán el visto bueno a mayores plazos y menor tasa en los vencimientos financieros.
Con este esquema, según indican en el Ministerio, se lograría evitar salir al mercado de capitales internacional para emitir 4000 millones de dólares y cumplir con las palabras de mayo del secretario de Finanzas, Luis Caputo, que había dicho que no habría necesidad, por el resto de 2016, de salir a tomar nueva deuda en el exterior.
Más allá de que ahora hay plan B, en el mercado generó desconfianza la insistencia de Prat-Gay por querer acceder a reservas del Central para pagar deuda. El funcionario había sido uno de los principales críticos en la gestión anterior por el uso de divisas de la autoridad monetaria (para cancelar deuda) a cambio de letras intransferibles del Tesoro Nacional. Este esquema se utilizó en 2006 para abonar todos los pasivos con el Fondo Monetario y se volvió a emplear entre 2010 y 2015 para cubrir vencimientos financieros con todo tipo de acreedores. “En ningún país se paga deuda con reservas sino que se refinancia. Acá se patinan las reservas en los acreedores externos, es la hipocresía del relato”, decía Prat-Gay en 2013 sin miramientos, cuando era diputado de la Coalición Cívica. Sturzenegger, a diferencia de Prat- Gay, mantiene aún su postura crítica con respecto al uso de las reservas para hacer frente al pago de deudas en moneda extranjera del Gobierno. “Es una práctica que deja abierta la puerta a una emisión monetaria sin límites, con lo que la sociedad queda expuesta a una inflación creciente”, mencionó en más de una oportunidad el titular de la entidad.
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