Uno de los sectores más vulnerables a la apertura comercial es la cadena textil-indumentaria, donde los productores nacionales pierden participación en un mercado cada vez más chico. Desde la consultora Radar advierten que esa situación impacta sobre el ritmo productivo de las plantas textiles. Por un lado, se estima que las fábricas están funcionando en promedio con el 60 por ciento de su capacidad instalada. Por el otro, se registra una incremento de las suspensiones de personal con foco en ciertas provincias como Tucumán, La Rioja y Catamarca, donde la cadena constituye uno de los principales empleadores industriales. En Corrientes, tres plantas de textiles de algodón contratan 1500 trabajadores (más del 20 por ciento del empleo industrial de la provincia). En Santiago del Estero, una empresa productora de sábanas y toallas es la segunda empleadora privada de la provincia.