Mar 20.09.2016

ECONOMíA  › STURZENEGGER VOLVIó A DIFERENCIARSE DE PRAT-GAY

Cada vez más distante

“La guerra contra la inflación en Argentina está por comenzar”, dijo el titular del Central en las Jornadas Monetarias.

› Por Federico Kucher

El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, inauguró ayer las “Jornadas Monetarias y Bancarias 2016” y no dudó en volver a mostrar sus diferencias acerca de cómo gestionar la política económica con el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay. “La guerra contra la inflación en Argentina está por comenzar. Lo que ocurrió hasta ahora fue preparar el campo de batalla de la lucha contra los precios”, dijo. El crecimiento de la economía, la producción industrial y el empleo, pese a las fuertes dificultades del mercado interno en los últimos meses, no fueron prioritarios en el discurso de Sturzenegger. La diferencia es sustancial respecto de jornadas de años anteriores, cuando la discusión se concentraba en el rol del Banco Central para fomentar la actividad económica y dinamizar el mercado de trabajo.

Los economistas que hablaron en los paneles de la apertura del evento, al igual que el titular de la autoridad monetaria, no se explayaron sobre los impactos estructurales de mediano y largo plazo para la economía local del aumento de la desocupación y la pobreza registrado desde diciembre pasado. Los efectos regresivos sobre la distribución del ingreso por la devaluación, la quita de las retenciones y la suba de las tarifas de servicios públicos también pasaron inadvertidos para estos panelistas, quiénes se dedicaron a criticar el desequilibrio fiscal y se mostraron a favor del recorte de los presupuestos públicos para reordenar la macroeconomía.

Karnit Flug, presidenta del Banco Central de Israel, José de Gregorio, profesor de la Universidad de Chile y Arminio Fraga, ex presidente del Banco Central de Brasil, se enfocaron en explicar cómo fueron los procesos de estabilización inflacionaria en décadas pasadas en sus países. Plantearon un fuerte apoyo a la idea del Banco Central de Argentina de ingresar a un régimen de Metas de Inflación, un punto sobre el que Sturzenegger recordó su próxima entrada en vigencia. “El lunes 26 de septiembre haremos la presentación del marco operativo de un régimen de metas de inflación”, remarcó.

Guillermo Calvo, argentino que se desempeña como profesor en la Universidad de Columbia y fue ex economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo , fue uno de los expositores que se mostró “muy agradecido” por volver a participar de las Jornadas Monetarias, tras haber quedado al margen durante los últimos años del kirchnerismo. No se refirió directamente a la Argentina, pero aseguró que el mundo puede dar sorpresas en materia de nuevas crisis y, por tanto, los países emergentes están en una situación de importante vulnerabilidad. Alertó así sobre la fuga de divisas, un fenómeno que volvió a tomar protagonismo en el país en lo que va de 2016, cuando se duplicó la fuga respecto de la observada en 2015. “La salida de capitales de corto plazo es un tema preocupante y es necesario armar modelos incluyendo probabilidades de una corrida cambiaria”, precisó.

Calvo no se refirió a los desequilibrios de las principales variables macroeconómicas en el país, con un dólar real que ya se ubica en los mismos niveles que a mitad del año pasado, un déficit fiscal de 5 puntos del PIB y un Banco Central que duplicó su pasivo de Lebacs en ocho meses y puede cerrar el año con patrimonio neto negativo. En marzo de 2015, en cambio, Calvo le aseguraba en una entrevista al diario el Cronista que “la gestión actual le está dejando una bomba de tiempo al Gobierno que viene” y mencionaba que era necesario aplicar “una política de shock” para recuperar la confianza.

En las jornadas, que a diferencia de años anteriores se hizo en la misma sede del Banco Central para “ahorrar presupuesto”, participaron banqueros, empresarios, inversores y consultores de la city. Miguel Bein, el ex asesor en la campaña presidencial de Daniel Scioli, fue uno de los que se sentó en primera fila del Salón Bosch de la autoridad monetaria. En el receso, cuando se sirvió café y medialunas, le dijo a este diario que en 2017 la Argentina va a crecer al 5 por ciento. “No es optimismo. Es lo que pasa en los años impares, cuando hay elecciones. El salario real va a recuperar cuatro puntos, la inversión en infraestructura va a volar por baja base de comparación y va a entrar inversión privada en energía no renovable. Con dólar planchado hasta octubre, lo mismo que las tarifas, el movimiento del mercado interno va a ser fuerte”, aseguró, aunque alertó que “mejor ni hablar de lo que espera en 2018”.

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