Con el objetivo de empezar a poner las cosas en su lugar en relación con las presiones para reducir la quita del 75 por ciento de la deuda en default, el presidente Néstor Kirchner criticó a los bonistas que fueron al “casino” con la intención de ganar en la Argentina en un año lo que en el resto del mundo les demandaría treinta años. “Fueron al casino, durante un tiempo les fue bien, apostaron al riesgo y no es lógico que las espaldas de los argentinos tengan que pagar semejantes tasas de interés que funcionarios irresponsables pactaron en ese momento”, señaló. Para concluir: “Acá no hay inocentes”.
Al mismo tiempo, el subsecretario del Tesoro de Estados Unidos, John Taylor, afirmó que “presumo que la Argentina pagará la suma comprometida, por lo que esa pregunta es hipótetica”. Así contestó el interrogante sobre cuál sería la posición de Estados Unidos si Argentina, tal como adelantó Kirchner, no paga unos 3000 millones de dólares al FMI a fines de este mes si ese organismo no aprueba la segunda revisión del acuerdo.
En tanto, Kirchner fustigó, además, a economistas y analistas argentinos que reclaman un mayor pago para los tenedores de bonos. “Lo más grave es que encuentren pluma y lapiceras en la Argentina” para criticar la propuesta del Gobierno de una quita del 75 por ciento del valor nominal de la deuda en cesación de pagos. “Me gustaría que esas plumas nos dijeran cómo los argentinos vamos a poder sobrevivir si hacemos lo que ellos quieren”, expresó, para preguntarse si “se olvidaron lo que pasamos y lo que ocurrió el 20 de diciembre” del 2001. El Presidente manifestó “entender” a los movimientos de poder que lo critican, pero defendió la posición de su gobierno y enfatizó que “es fundamental que esta decisión sea una causa nacional”. Y reiteró que Argentina no firmará un acuerdo con los acreedores privados para pagar los bonos en default que comprometa más de lo establecido en la propuesta de renegociación (un excedente del 3 por ciento del PBI), porque “si se hace lo que ellos quieren se tendría que elevar superávit fiscal al 9 o 10 por ciento”, lo que llevaría la tasa de desocupación al 40 por ciento.
Kirchner insistió con que la oferta para la reestructuración “no es una decisión ni voluntarista ni caprichosa, es una decisión racional”. “La Argentina va a crecer, tengan fe los argentinos; con acuerdos o sin ellos porque hoy nos estamos moviendo con recursos propios y la Argentina está empezando a crecer”, señaló.