ECONOMíA
El petróleo no perdona
Desde antes del comienzo del primer ataque estadounidense a Irak, en 1991, los precios del petróleo no alcanzaban la cotización de cierre de ayer. Otro síntoma de que las cosas están menos bajo control del imperio que entonces. El barril de crudo para entrega en abril cerró ayer en el mercado de Nueva York a 38,18 dólares. John Snow, secretario del Tesoro de la administración Bush, no ocultó su preocupación ante la trepada del commodity. “Los altos precios del petróleo no son bienvenidos; actúan como un impuesto sobre los productores estadounidenses. Espero que esos precios energéticos disminuyan”, señaló. Además del nerviosismo en el mercado generado por los atentados en Madrid del jueves anterior, pesó en la evolución de los precios el descenso de las reservas de gasolina comercial de Estados Unidos durante la semana anterior, aunque esta semana se habrían recuperado. En Argentina, en tanto, pese a ser un país con autoabastecimiento petrolero, la noticia del aumento también puede afectar a los costos industriales. El acuerdo entre las grandes productoras y el Gobierno para no trasladar a la refinación y a los combustibles los aumentos del último año y medio parece tender a agotarse y sube la presión por un ajuste en los precios de surtidor.