ECONOMíA
› LA RESERVA FEDERAL NO TOCO LA TASA DE INTERES
El suspenso sigue un poco más
Estados Unidos dejó sin cambios la tasa de interés, pero la Reserva Federal (banca central estadounidense) dio señales de que la subirá en el corto plazo. No obstante, el comité del organismo transmitió un mensaje tranquilizador al mencionar que el eventual ajuste se concretará “a un ritmo mesurado”. Este escenario ya había sido evaluado por los financistas, y es por ese motivo que, una vez finalizada la reunión de la FED, hubo calma en los mercados financieros: el índice de acciones líderes MerVal terminó positivo por primera vez en cinco ruedas, al anotar una leve mejora del 0,3 por ciento. Ese saldo estuvo en línea con el resto de las principales plazas.
En la actualidad, la tasa de corto plazo en Estados Unidos se encuentra en el 1 por ciento anual, el nivel más bajo en 45 años. Pero las apreciaciones de ayer de Alan Greenspan, titular de la FED, dieron certezas de que el ciclo bajista está llegando a su fin.
Para corroborarlo, los analistas tomaron nota de que hubo un cambio en el lenguaje utilizado por los directores de la FED al redactar el escueto comunicado: a diferencia de los emitidos en las últimas sesiones, esta vez ya no se dijo que la Reserva Federal sería “paciente” para decidir una suba en el costo del dinero. Más explícito, se advirtió que “la política flexible puede ser suprimida a un ritmo probablemente mesurado” si se comprueba que la expansión económica viene acompañada de un rebrote de la inflación.
Si bien los financistas asumen que habrá un aumento de la tasa, la incógnita es cuándo ocurrirá. Una clave tendrá lugar pasado mañana, cuando el gobierno estadounidense dé a conocer los datos sobre empleo del mes pasado. La próxima semana, en tanto, se difundirá el índice de inflación. Los bancos de inversión más importantes de Wall Street destacaron en sus últimos reportes que los ajustes comenzarían en agosto. El consenso también indica que la tasa subiría en medio punto en lo que resta del año.
De todas maneras, los últimos dichos de Greenspan fueron interpretados en la city como que las subas serán moderadas, a diferencia de lo ocurrido al promediar los años ’90. En aquel momento, la FED elevó la tasa del 3 al 6 por ciento, lo que desembocó en la crisis del Tequila.
Aquella vez fue México y en esta oportunidad es Brasil el país que genera más dudas. En un escenario de alza de tasas, el país vecino podría tener problemas para refinanciar su deuda externa. El fantasma del default perseguiría al principal miembro del Mercosur.
La suerte del socio podría impactar sobre la Argentina. También la eventual caída de los precios de las materias primas, que algunos consultores de la city advierten si Estados Unidos sube la tasa, y la influencia de ese ajuste en la renegociación de la deuda. Más allá de las especulaciones, cada vez es más claro que se acerca un cambio en el contexto financiero internacional. Y que éste será menos favorable para la Argentina.