La inflación minorista en abril fue de 0,9 por ciento, la más alta desde marzo de 2003, y muestra una aceleración en relación con los últimos meses. El costo de la canasta básica de alimentos –con la que se mide la línea de indigencia– aumentó, en tanto, 0,5 por ciento y acumula desde la devaluación un incremento del 76,2 por ciento. El Gobierno mantiene en sus proyecciones que la inflación acumulada en 2004 se ubicará entre 7 y 10,5 por ciento. Pero esa previsión dependerá de lo que ocurra con las tarifas de servicios públicos en los próximos meses.
Con el aumento del índice de precios al consumidor de abril, informado por el Indec ayer, la inflación minorista alcanza al 2 por ciento en lo que va del año. El incremento del nivel general de precios en abril fue el mayor desde marzo de 2003, cuando el costo de vida creció 1 por ciento, y confirma una aceleración en los últimos meses, ya que en febrero fue de 0,1 y de 0,6 por ciento en marzo. La inflación acumulada desde la devaluación, en tanto, llega al 49 por ciento.
Entre los precios que más aumentaron en abril se cuentan: zapallito (40 por ciento), zanahoria (20,7 por ciento) y tomate perita (14,6 por ciento). Todas estas verduras suelen encarecerse en esta época por cuestiones estacionales. También se dispararon por arriba del promedio los precios del taxi (8,1 por ciento), el pollo (6,3 por ciento) y el té en saquitos (5,1 por ciento).
Un párrafo aparte merece el costo del gas en garrafa, que no suele aparecer en la discusión pública. Mientras todas las asociaciones de consumidores se muestran alarmadas por los “aumentos encubiertos” en las tarifas de gas de red que supondría el régimen de premios y castigos anunciado por el Gobierno, el costo del gas en garrafa siguió escalando, otro 5 por ciento, en abril. Así, desde la devaluación, el precio de ese insumo esencial para unos 17 millones de familias pobres (el 45 por ciento de la población) se más que duplicó, aumentando un 135 por ciento.
Visto en térmimos más generales, el alza del costo de vida en abril se deriva de subas de 0,9 por ciento en bienes y 0,8 por ciento en los servicios. El rubro de mayor incremento fue “indumentaria”, cuyos precios ascendieron 2,5 por ciento a causa del inicio de la temporada invernal.
En “alimentos y bebidas” el aumento de precios fue de 0,9 por ciento en promedio. Las subas más fuertes se observaron en verduras (2,2 por ciento), carnes (1 por ciento), infusiones (1,1 por ciento) y aceites (0,8 por ciento).
En el rubro “esparcimiento” el alza fue de 1,3 por ciento, como consecuencia de un ajuste promedio de precios del 3 por ciento en todo el sector de turismo. Los costos de la canasta educativa se encarecieron 0,8 por ciento, por un incremento combinado de 0,8 por ciento en las cuotas y 1,1 por ciento en útiles y textos.
Durante abril también impactó la suba de 5,1 por ciento en el precio de los cigarrillos, implementado en la segunda quincena de marzo. En lo que respecta al costo de alquileres y servicios básicos hubo un avance de 0,4 por ciento; mientras que en equipamiento y mantenimiento del hogar los costos treparon 0,7 por ciento. En transporte y comunicaciones las tarifas se elevaron en promedio 0,5 por ciento.
Por otro lado, los precios mayoristas crecieron en abril 0,6 por ciento, acumulando 2,1 por ciento en el año. Los productos nacionales aumentaron 0,7 por ciento, a causa del repunte en los productos primarios y la suba en el costo de la energía eléctrica (en un 15 por ciento) por los contratos directos que suscriben algunas fábricas. En cambio, los productos importados bajaron 0,9 por ciento.
A su vez, el índice del costo de la construcción subió 1,2 por ciento, como consecuencia de aumentos de 1,7 por ciento en materiales; 0,5 por ciento en mano de obra y 0,9 por ciento en gastos generales.