Jue 06.05.2004

ECONOMíA

El Fondo Monetario dio una tregua por un Rato

El recién designado director gerente del organismo, Rodrigo Rato, aseguró en su primera conferencia de prensa que el FMI no intervendrá en la negociación de Argentina con sus acreedores.

A veinticuatro horas de su designación oficial, el flamante director gerente del Fondo Monetario, Rodrigo Rato, despegó al organismo del proceso de renegociación de la deuda argentina. Dijo que ese es un tema “bilateral”. O sea, que debe resolverse entre la administración Kirchner y los acreedores privados. Si bien manifestó que seguirá la evolución de las negociaciones “con mucha atención”, la definición del dirigente indicaría un cambio respecto de la actuación que venía teniendo el FMI bajo la conducción de sus antecesores Horst Köhler –y sobre todo– Anne Krueger. En vez de presionar para que se cumplan ciertas pautas, como vino haciendo hasta ahora, el Fondo se convertiría en un testigo privilegiado de las negociaciones. Un escenario difícil de imaginar si se toma en cuenta la experiencia de los últimos años.
La definición de Rato se produjo justo el día en que Néstor Kirchner volvió a subirles la apuesta a los acreedores. En Nueva York, el jefe de Estado aseguró que “bajo ningún concepto” va a mejorar la oferta a los inversores que se hizo en Dubai en septiembre de 2003. No obstante, el Gobierno saludó la designación del ibérico: Rafael Bielsa lo calificó de “excelente profesional” que conoce bien a la Argentina. “Eso es lo que necesitamos”, afirmó el canciller.
Las declaraciones del nuevo titular del Fondo fueron hechas en Madrid y se constituyeron en las primeras que realizó desde que la dirección del Fondo oficializó su destino en el organismo. El caso argentino ocupó buena parte de la conferencia de prensa. “El FMI sigue las negociaciones entre el gobierno argentino y los acreedores (particulares) con mucha atención, porque tiene repercusión en la sostenibilidad de su deuda y en la recuperación de su credibilidad como zona de inversión nacional e internacional. Pero esa es una relación bilateral”, afirmó el dirigente.
Por su condición de español y ex ministro en el gobierno de José María Aznar, la prensa internacional quiso interiorizarse sobre el trato que el FMI le dará a Latinoamérica, región en la cual España tiene fuertes intereses económicos a través de grandes conglomerados. En una primera instancia, el funcionario aseguró que ofrecerá una “total dedicación a trabajar con los gobiernos de América latina”. “Conozco personalmente a muchos ministros de Economía de la región y pondré (ese conocimiento) a disposición de los intereses de los ciudadanos”, añadió.
Acto seguido, el ex vicejefe de gobierno español hizo hincapié en que esa condición no implicará ventajas. Mencionó directamente que el hecho de que sea español “no tiene ninguna relevancia” al momento de la verdad. Es decir, de ponerse a negociar con los distintos países hispanoparlantes. No hay que olvidar la fuerte presencia de compañías españolas en la región. Una pregunta sobre esa particularidad, que le hizo uno de los periodistas presentes en la conferencia, pareció incomodar a Rato, quien se vio obligado a afirmar que su elección al frente del FMI fue producto de un acto “transparente” en el seno del organismo. “No hay conflicto de intereses”, aseveró en forma tajante, al referirse a la relación con América latina.
Justamente, en el Palacio de Hacienda temen que Rato sobreactúe la relación con la Argentina, y por lo tanto endurezca aun más la posición del organismo, con el fin de despejar las dudas que existen entre los acreedores internacionales. La presencia de las empresas españolas en Argentina se consolidó precisamente durante el gobierno del Partido Popular en la península ibérica, sector político del que es oriundo la mayoría de los ejecutivos al frente de estos conglomerados.
En otro tramo de la exposición, Rato se mostró abierto a la autocrítica. Fue cuando señaló, de manera generalizada, que el FMI “es una institución que aprende” y, más particularmente, esbozó que “ya se publicaron las ‘Lecciones sobre Argentina’”. Es cierto que ese fue un documento autocrítico del Fondo, pero lo increíble es que esa mirada interior reveló que lo mejor hubiese sido ser más duros en el ajuste. Supuestamente, ese era el remedio para zafar de la crisis de 2001.
En otro orden de cosas y ya abocado a la economía internacional, Rato se mostró preocupado por el precio record del crudo, que roza los 40 dólares por barril. Los técnicos del Fondo Monetario estimaron el crecimiento de la economía mundial en base a un barril a 30 dólares y supusieron que por cada cinco dólares que aumenta el barril, la expansión se resiente en tres décimas de punto.
A este contexto, de por sí complicado, Rato advirtió sobre un alza en la tasa de interés en los Estados Unidos. Aunque apuntó que ese ajuste “no será abrupto”, por lo que su influencia negativa, sobre todo en los países endeudados, sería limitada.

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