Mié 19.05.2004

ECONOMíA

Las petroleras archivaron la suba de naftas sin fecha de reapertura

El acuerdo para subir las naftas estaba definido, pero ante la presión del Gobierno las petroleras lo archivaron. Anoche, directivos de Repsol anunciaron, junto al jefe de Gabinete, el acuerdo para mantener congelados los precios sin plazo.

Después de la fuerte presión del Gobierno y tras una pulseada que se estiró hasta cerca de las 22, anoche finalmente las petroleras mandaron al archivo el acuerdo que habían alcanzado durante la tarde para aumentar las naftas. Productoras y refinadoras terminaron aceptando el criterio impuesto, prácticamente, por el Gobierno de no volcar sobre el precio de los combustibles el incremento del precio internacional del crudo, que supera los 40 dólares el barril, cuando localmente el precio de transferencia está acordado en 28,50 dólares desde enero de 2003. Ante la demora en renovar el acuerdo –vencido el 30 de abril–, Esso y Shell se cortaron solas con alzas del gasoil la semana pasada, estrategia que no acompañaron las productoras y también refinadoras y comercializadores Repsol YPF y Petrobras. La posición de estas últimas dos compañías en esta puja volcó la balanza en favor de las aspiraciones del Gobierno. Anoche, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, anunció junto al vicepresidente de Repsol YPF, Miguel Angel Remón Gil, el acuerdo entre productores y refinadoras para mantener inalterado el precio de los combustibles, sin plazo y “con intención de permanencia”, según destacó el empresario.
Los directivos de las empresas productoras y refinadoras habían dedicado casi toda la jornada de ayer a consensuar los últimos detalles del texto de renovación del acuerdo de estabilización de precios de los combustibles líquidos, que elevarían al Gobierno a más tardar mañana. El nuevo acuerdo buscaba modificar el valor de referencia del barril de crudo para el mercado interno, llevándolo de 28,5 a 32,5 dólares, dando por tierra con el congelameniento de precios que tienen las naftas desde enero de 2003. Esos aumentos se hubieran visto reflejados en un ajuste del 5 al 7 por ciento en el precio final de los combustibles en surtidor.
Pero las petroleras enfrentaron una primera dificultad para avanzar. Dada la tónica que le había dado el Gobierno a la discusión del tema, la cuestión aparecía como una confrontación directa con el Ejecutivo. Más aún, Alberto Fernández cargó el lunes todo el peso sobre las petroleras, en particular Repsol YPF y Petrobras, al hacer un llamado a su “responsabilidad social” para que no aumenten los precios. El jefe de Gabinete reforzó ayer el concepto, señalando que “no les pido que pierdan, sino que dejen de ganar un poco”, dejando de lado el requerido aumento.
A esa altura estaba claro que cualquier acuerdo entre privados para ajustar los valores no iba a contar con el aval del Gobierno y que, aun más, iba a implicar enfrentarlo directamente. Así se lo hicieron saber las autoridades a los representantes del sector durante la jornada de ayer, mientras los empresarios seguían intentando infructuosamente llegar a un acuerdo. Finalmente, frente al tenor político que había adquirido la disputa, productoras y refinadoras acordaron resignar el aumento en el precio final de los combustibles y postergarlo sin plazo. Archivándolo definitivamente, incluso, si como anoche mencionó Remón Gil, los valores actuales en el mercado internacional son un techo.
La estrategia oficial en el sector energético pasa ahora por poner en pie la compañía estatal cuya creación fuera anunciada la semana pasada, Enarsa, Energía Argentina SA. Según está previsto, el recién designado presidente, Exequiel Espinosa, pondrá a consideración de Néstor Kirchner el Plan de Negocios y la estructura operativa en los próximos días. Espinosa afirmó ayer que la nueva empresa tendrá un capital inicial estimado en “200 millones de pesos” (alrededor de 68 millones de dólares).
La Empresa Nacional de Energía, recordó, se conformará como “una sociedad anónima en la que el Estado tiene el 53 por ciento de las acciones (Clase A) intransferibles, las provincias participan con 12 por ciento de las acciones (Clase B), y el 35 por ciento restante se colocará en bolsa”.
Impulsados por la crisis energética, los objetivos declarados por el Gobierno para justificar la creación de esta empresa estatal “testigo” son “recomponer el nivel de reservas, de producción, de abastecimiento de gas,de generación compatible con la demanda, y acompañar las necesidades de infraestructura en transporte y distribución de gas y electricidad”.

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