ECONOMíA
› TRABAJAN EN EL DISEÑO DE UNA NUEVA PROPUESTA POR LA DEUDA
Hora de arrimarse a los acreedores
En una semana se daría a conocer una nueva propuesta de reestructuración de la deuda en default. Economía trabaja en una alternativa que flexibiliza la original, presentada en Dubai. La quita, los intereses, el valor presente neto y un menú complejo.
› Por David Cufré
La nueva propuesta de reestructuración de la deuda, con menos quita y reconocimiento de una parte de los intereses caídos, se presentaría oficialmente la próxima semana. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, señaló ayer que “estamos trabajando, estamos acercándonos a la oferta final y creo que la semana entrante el ministro de Economía estará en condiciones de anunciarla”. El anticipo pareció un mensaje destinado a Washington, en respuesta a un planteo del FMI. El portavoz del organismo, Thomas Dawson, dejó en claro también ayer que el resultado de la próxima auditoría del acuerdo con Argentina, que se realizará desde mediados de junio, depende “del progreso en las negociaciones por la deuda”. Cuando el 14 del mes próximo lleguen al país los técnicos del Fondo, el Gobierno ya habría dado un paso importante con la difusión de su propuesta mejorada a los acreedores, para la que hará falta subir el superávit a entre 2,7 y 3,0 por ciento del PIB.
Roberto Lavagna intentó poner en un terreno más ambiguo la flexibilización de la oferta original, presentada el año pasado en Dubai. En aquel momento se dijo que la quita sería del 75 por ciento sobre el valor nominal de los bonos y que no se pagarían los intereses generados luego del default. Ahora, el propio Néstor Kirchner cambió el eje al señalar que la quita podría ser en valor presente. Fernández, después, avanzó un poco más al deslizar que podrían reconocerse parte de los intereses devengados. En ese contexto, los analistas financieros coinciden en que la salida del default está más cerca. Los bonistas rescatan los gestos del Gobierno, pero seguirán dando batalla para recuperar todavía un poco más.
En función de esto último, el ministro de Economía puntualizó ayer que “la oferta definitiva (a los acreedores) contiene mecanismos financieros que aproximan el valor presente con el valor nominal”. Desde Guadalajara, Lavagna insistió: “Hay formas por las cuales el valor presente neto y el valor nominal tienden a aproximarse y se ubican en el mismo nivel”.
Hasta que se conozca la información completa de la propuesta, las palabras de Lavagna son válidas. Todo depende de la tasa de interés que tengan los bonos, la tasa de descuento (o de riesgo) que se aplique y los plazos de vencimiento, entre otras variables a considerar. Más allá de eso, la información que recogió Página/12 de fuentes vinculadas a la elaboración de la propuesta relativiza los conceptos del ministro. La oferta, según esas fuentes, será más favorable para los acreedores de lo que era la de Dubai.
Lavagna rechazó contestar la pregunta clave que terminaría con la confusión: cuál será el superávit fiscal al que se compromete el Gobierno para pagar la deuda. “¿Será mayor al 2,4 por ciento pactado hasta ahora?”, le preguntaron al jefe del Palacio de Hacienda en México. “No, de la deuda no voy a contestar nada más. No se precipiten. A veces no le hace bien al país precipitarse”, se atajó. Para cubrir los pagos a los acreedores que surgen de la nueva propuesta –expresada en valor presente y con reconocimiento de parte de los intereses– se necesita elevar el superávit a, por lo menos, 2,7 puntos del PIB, con un techo de 3,0 por ciento. El número final saldrá de las últimas reuniones entre Economía y los bancos asesores, y de la aprobación definitiva de Kirchner. Ese nivel de entre 2,7 y 3,0 por ciento se mantendrá hasta 2010, mientras que de allí en más y por los siguientes veinte años se requerirá una suba de 2 por ciento.
Esos números son consistentes con una proyección de crecimiento de la economía de 3 por ciento promedio, con etapas de subas más altas y otras recesivas, pero sin las brusquedades que caracterizaron históricamente a la Argentina. La misión del FMI se centrará en el análisis de estos supuestos, sobre los que se apoya la oferta a los acreedores.
Dawson, vocero del organismo, remarcó que “el foco principal de la tercera revisión estará en el progreso alcanzado en las negociaciones porla deuda”. A diferencia de las dos veces anteriores, en esta oportunidad el equipo económico espera relajado a los delegados del Fondo. Suponen que no habrá tantas discusiones porque, tal como lo reclama el organismo, el Gobierno demostrará que tiene voluntad de terminar con el default. El otro tema por el que podrían surgir cuestionamientos es la falta de aprobación de una nueva ley de coparticipación, tal como se había comprometido el Gobierno. Sobre ese punto, Lavagna dijo que hay un “contexto adecuado” para discutir con las provincias y les restó trascendencia a los planteos que pueda hacer el FMI.