Pese a los intentos de ambos gobiernos por bajarle el tono a la disputa comercial, dirigentes empresarios y funcionarios dejaron en evidencia, a través de sus declaraciones, las serias deficiencias que observa el actual mecanismo de vínculos dentro del Mercosur. “Dejar el juego libre entre los dos países y que uno se lo coma al otro, creo que no es una buena estrategia”, postuló Aldo Karagozian, presidente de la Fundación ProTejer. En cambio, uno de los principales funcionarios de la Cancillería brasileña para el área América del Sur, Luiz Macedo Soares, advirtió que “no es bueno que los gobiernos intervengan en los procesos comerciales”.
“En el mundo, los países cuidan a la industria textil, porque da muchos puestos de trabajo”, afirmó Karagozian, en referencia a la eventual aplicación de restricciones al ingreso de textiles brasileños, luego desmentidas. Según señaló el dirigente textil, desde Brasil “está entrando de todo; en los primeros seis meses del año la importación de textiles brasileños creció un 60 por ciento”.
Macedo Soares, subsecretario general de América del Sur de la Cancillería brasileña, señaló que, a su criterio, “no es bueno que los gobiernos intervengan en los procesos comerciales, que deben seguir, en principio, la dinámica del comercio”. Dijo no tener información sobre eventuales restricciones argentinas al ingreso de textiles brasileños y aseguró que las cuestiones bilaterales no son materia de discusión en las reuniones del bloque del Mercosur.
Según información difundida ayer por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas para el mes de mayo, la producción de electrodomésticos en ese país de la llamada línea blanca (heladeras, cocinas y lavadoras) creció un 43,3 por ciento anual y el de los de la llamada línea marrón (televisores y equipos de sonido y video), un 42,6 por ciento. El sector es uno de los mayores impulsores de la recuperación industrial en el país vecino, que alcanzó una tasa anual del 7,8 por ciento luego de un período de virtual estancamiento.