ECONOMíA
› EL FMI Y EL BANCO MUNDIAL NO LE PAGAN SUS DEUDAS A ARGENTINA
Haz lo que digo pero no lo que hago
Pese al compromiso de reembolsarle al país los pagos de capital que éste efectuara, el FMI, el BID y el Banco Mundial ya acumulan 860 millones de dólares por incumplimientos de esa regla. Es la diferencia entre lo que pagó Argentina en el primer semestre y lo que le devolvieron.
› Por Claudio Zlotnik
Es improbable que haya una reprimenda por parte del Grupo de los Siete o una condena de la comunidad financiera internacional. No se escucharán voces alarmistas en la city ni acusaciones de un default. Ni de ruptura de los contratos firmados. Mucho menos se esperan presentaciones ante tribunales locales o internacionales. Pero lo cierto es que el Fondo Monetario, el Banco Mundial y el BID están incumpliendo sus compromisos con la Argentina. Le deben 868 millones de dólares, y no hay fecha de cuándo los organismos se pondrán en regla.
En el último acuerdo entre la Argentina y el Fondo, sellado en septiembre del año pasado, se estableció que los organismos multilaterales restituirían los dólares pagados por los vencimientos de capital. No ocurriría lo mismo con los intereses, que mes tras mes embolsan en Washington.
Del total de 868 millones de dólares que adeudan los organismos, la mayor parte –609 millones– corresponden al FMI. Otros 145 millones son del BID y los restantes 114 millones, del Banco Mundial. Se trata de pasivos que se acumularon por los giros que la Argentina efectuó durante el primer semestre del año. De acuerdo con el registro de la consultora M&S, citando datos de la Secretaría de Hacienda, entre enero y junio pasados el Gobierno pagó un total de 4266 millones de dólares. Pero en vez de devolverle ese monto, los organismos sólo reintegraron 3398 millones.
Esta diferencia entre lo que se abonó y lo que se devolvió significa que la Argentina continúa engrosando los pagos netos a los organismos. Entre la declaración de default, en diciembre de 2001, y la firma del acuerdo de septiembre último sumaron nada menos que 7300 millones de dólares. A los que habría ahora que añadirles estos 868 millones.
En la city estiman que los 609 millones que adeuda el Fondo serían girados una vez que el directorio del organismo apruebe la tercera revisión del acuerdo. Sobre el particular, Alberto Fernández, jefe de Gabinete, se mostró optimista. “Creo que estamos muy cerca” de recibir la aprobación, estimó ayer el funcionario en declaraciones radiales. Para Fernández, el visto bueno del FMI “no corre ningún riesgo”.
Si la aprobación no llega rápido, el Gobierno tendrá que decidir si paga los próximos vencimientos a pesar del retraso en que incurrieron los organismos. El próximo viernes habría que abonarle 140 millones de dólares al Fondo. En el calendario figuran compromisos de 12 millones con el BID y de otros 29 millones con el BM. En agosto hay más vencimientos: en total por 250 millones (140 millones con el FMI; 13 con el BID y 97 con el Banco Mundial). Más abultada es la cuenta para el mes de septiembre. Habría que abonar 799 millones de dólares, distribuidos de la siguiente manera: 642 con el Fondo; 52 con el BID y 105 con el BM. No debe olvidarse que, al mismo tiempo, deben pagarse los intereses –en agosto suman 70 millones– que, tal cual lo acordado, nunca se reintegrarán.
A pesar de que la Argentina cumplió con la meta fiscal para todo el año en apenas cinco meses, desde Washington demoran la aprobación de la tercera revisión. Fue una conducta que el organismo repitió cada vez que le tocó examinar el acuerdo. En sintonía con el G-7, utilizó cada revisión de las metas para presionar por la deuda. Detrás del latiguillo de la “buena fe”, el FMI nunca ocultó su pretensión de que la Argentina les pague más a los acreedores. Aun cuando el organismo es un privilegiado, ya que se le reconoció cada dólar de la deuda contraída, sin mediar ninguna quita.
Además de la presión para que se siga flexibilizando la propuesta, Washington quiere la aprobación de las leyes de coparticipación federal y de responsabilidad fiscal y la revisión de los contratos de las privatizadas, de manera que se habiliten aumentos de las tarifas de los servicios públicos. La responsabilidad fiscal, que ordena las cuentas de las provincias, ya tiene media sanción en el Congreso. En este contexto, el Gobierno cree que el Fondo aprobará la revisión en las próximas jornadas, antes de que el directorio se tome las vacaciones.
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