Dom 18.07.2004

ECONOMíA

Once Caldas, Grecia y Lavagna

Por Marcelo Zlotogwiazda

Once Caldas jugó un fútbol defensivo y salió campeón destronando a Boca Juniors. La selección de Grecia también fue ultradefensiva al punto que llegaba al arco contrario a lo sumo una o dos veces por partido, pero también se alzó la copa Europa dejando en el camino a candidatos y favoritos. ¿Pensará acaso Roberto Lavagna que tomando exclusivamente medidas defensivas y proteccionistas podrá ganar algo en términos de desarrollo industrial en una competencia salvajemente globalizada, en la que juega el vecino Brasil, pero también las potencias desarrolladas y los tigres y dragones asiáticos?
Las restricciones al ingreso de electrodomésticos de línea blanca y televisores procedentes de Brasil que anunció el gobierno hace pocos días conforman la primera batería de medidas de política industrial que entran en vigencia luego de bastante tiempo. Esa respuesta oficial frente a la situación de los fabricantes y ensambladores locales que se quejaban por la creciente importación desde el socio mayor del Mercosur, podría replicarse muy pronto en el rubro textiles y calzados.
Si bien algunos analistas y empresarios señalan que esta reacción de carácter claramente defensivo podría estar anticipando el inicio de una etapa agresiva de política industrial, lo que sorprende hasta ahora es que un ministro con el perfil y los antecedentes industrialistas de Lavagna haya hecho tan poco en ese sentido.
La casi ausente política industrial de la Argentina queda nítidamente reflejada en un documento que la Comisión Económica para América Latina (Cepal) acaba de presentar durante una cumbre que se realizó en Puerto Rico. En ese trabajo de varios centenares de páginas titulado Desarrollo productivo en economías abiertas, queda expuesta por contraste la pobreza de la política industrial argentina.
Un primer ejemplo se observa en las páginas dedicadas al financiamiento estatal. Se aprecia que mientras la Argentina carece de un banco público de fomento (como en su momento lo fue, si bien muy desvirtuado, el Banade), en Brasil el BNDes aprueba por año créditos blandos por más de 10.000 millones de dólares.
De acuerdo al libraco del organismo dependiente de Naciones Unidas que dirige el ex ministro José Luis Machinea, la Argentina también se destaca por la inexistencia de prioridades establecidas desde el Estado. Como casos opuestos se citan los de México, donde el gobierno “determinó doce ramas prioritarias que serán objeto de programas sectoriales, de las cuales cuatro ya están en operación: la cadena productiva fibras-textil-vestido, cuero y calzado, electrónica de alta tecnología y software”.
Obviamente también se menciona en forma positiva el caso brasileño que “en marzo de 2004 dio a conocer las Directivas oficiales de política industrial, tecnológica y de comercio exterior, en las que explicita sus opciones estratégicas sectoriales en cuatro actividades de uso intensivo en conocimiento: semiconductores, fármacos, software y bienes de capital”.
¿Alguien aquí está enterado de cuál es la estrategia de ataque del ministerio de Economía para promocionar con prioridades el desarrollo industrial?
En comparación con Brasil, la Argentina inofensiva también pierde holgadamente en la inversión que se realiza en “I+D”. Del informe de Cepal surge que mientras el país vecino dedica a investigación y desarrollo productivo el equivalente al 1 por ciento del PBI, aquí se destina menos de la mitad, apenas el 0,4 por ciento.Tomando en cuenta todo lo anterior, y considerando además que el mercado brasileño quintuplica al argentino en población y lo triplica en Producto Bruto, ¿por qué extrañarse de que muchas empresas prefieran a Brasil por sobre la Argentina para instalarse, o de que las manufacturas brasileñas sean en su mayoría más competitivas que las locales?
Lo que sí asombra es la actitud pasiva o a lo sumo defensiva de Lavagna. Consultados un par de expertos que le reconocen enorme autoridad en cuestiones industriales, arriesgaron algunas explicaciones. Ambos mencionaron como un serio problema de gestión la falta de equipo para encarar más temas que las urgencias que los ocupan, aunque aseguran que si quisiera podría sumar a muchos que están dispuestos a colaborar en su misma sintonía. Respecto del equipo, coincidieron en que el actual secretario de Industria, Alberto Dumont (que estaría próximo a dejar esa función para asumir en una embajada), es un muy buen diplomático y negociador de estos temas, pero no está a la altura del cargo que tiene.
Y con ánimo de polemizar, uno de los consultados no cerró la posibilidad de que tal vez este Lavagna no sea el mismo de antes.
Recordó que en un encuentro del que participó no hace mucho con economistas de relativa confianza, el ministro dijo que “el Estado ocupó el centro de la escena y yo creo que de ahora en más debería ubicarse un poco más en la platea”. Nadie se atrevió a preguntarle a qué etapa se refería cuando habló del centro de la escena.

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