Mar 20.07.2004

ECONOMíA  › EL DEPARTAMENTO DE ESTADO EN MEDIO DE LA NEGOCIACION POR LA DEUDA

“No somos mediadores, somos amigos”

El encargado de asuntos económicos de la diplomacia norteamericana subrayó el envío de tropas a Haití y las coincidencias sobre Bolivia como marco para pedir un esfuercito más por la deuda.

› Por Martín Granovsky

El Departamento de Estado no piensa que la Argentina sea un país peligroso sino que lo define como “un amigo, un aliado y un socio valioso y apreciado”. La definición sería vaga si no fuese porque pertenece al subsecretario del Departamento de Estado para asuntos económicos, Alan Larson, y es la primera de un alto funcionario norteamericano después de la preocupación de Roger Noriega por la suerte de Eduardo Duhalde y el peligro tremebundo de un país que contiene piqueteros.
Larson, que también visitará Brasil para llevarse una impresión de primera mano sobre la situación económica, se entrevistó con el Presidente Néstor Kirchner y con el ministro de Economía Roberto Lavagna. En medio de su agenda ofreció una conferencia de prensa que debe ser interpretada por el papel que cumplió este funcionario en los últimos dos años. En el Departamento de Estado y ante Colin Powell, Larson fue quien dio el visto bueno para los distintos acuerdos entre la Argentina y el Fondo Monetario Internacional.
Como en ese tipo de gestiones pesan los temas políticos, conviene apuntar dos afirmaciones desplegadas ayer por Larson. En una felicitó al gobierno argentino por haber enviado tropas a Haití. En otra elogió el papel de la Argentina en la crisis boliviana, que el domingo terminó en el referéndum legitimador del presidente Carlos Mesa. Washington temía un crecimiento explosivo de Evo Morales, que apoyó parcialmente el referéndum sobre el gas y es un líder político cada vez más moderado. Preocupado por lo que definió como “seguridad energética de los Estados Unidos, algo que se logra no por el autoabastecimiento”, Larson nombró como países clave a Rusia (“donde nos gustaría expandirnos en petróleo y gas”), Arabia Saudita, Kazakstán y Venezuela. No figuró en sus respuestas la palabra Chávez. Larson se quejó de que en Venezuela “se produjeron algunas alteraciones en la exportación de energía, y ése fue uno de los factores que mantuvo elevado el precio internacional del petróleo”.
El asesor de Powell inscribió el referéndum de Bolivia, que autorizó la exportación de gas, dentro de esa perspectiva de seguridad energética.
En las negociaciones con los acreedores Larson vio “progresos en la última etapa”. Pero igual recomendó un esfuerzo a las dos partes. A la Argentina, para que se comprometa a escuchar “sugerencias e ideas”. A los acreedores, para que “reconozcan que la capacidad de pago de la Argentina es inferior a lo que pensaban cuando compraron los bonos”.
El subsecretario no quiso dar cifras ni entró en detalles. A la vez que evitó definirse como “el subsecretario de la deuda externa”, recordó que la Argentina tuvo una recuperación económica fuerte, que esa recuperación “fue facilitada en parte por el apoyo del FMI y que ese apoyo del FMI fue respaldado por un apoyo muy firme de los Estados Unidos”.
“No somos mediadores, pero somos amigos”, fue su definición sintética. El Fondo discute estos días la aprobación de la tercera revisión de metas fiscales comprometidas por la Argentina.
Cuando Kirchner estaba en China, el subsecretario de Asuntos Interamericanos Roger Noriega formuló declaraciones informales alertando sobre una presunta violencia piquetera, criticando el supuesto chavismo de Kirchner y censurando la pelea del Presidente con Duhalde.
Larson, que ayer en la rueda de prensa tenía a su derecha al embajador Lino Gutiérrez, quien nunca repitió aquí los argumentos de Noriega, fue consultado sobre las formas de protesta social. Respuesta: “Hay muchos que sufren las consecuencias de los cambios económicos. El fuerte crecimiento económico fue importante para reducir la pobreza y dar a la ente la experiencia de un futuro mejor. En muchos países del continente hay preocupación por el delito. Las empresas con las que hablé siempre quieren tener confianza en que habrá seguridad jurídica en los contratos y los derechos de propiedad, y también seguridad física. Si eso es verdad en México y los Estados Unidos, me sorprendería que no fuera igual en la Argentina”. El subsecretario habló de los problemas de la pesificación, pero aclaró que no se refería sólo a los bancos sino a las empresas en general.
La negociación sobre la deuda debería hacerse, según Larson, teniendo en cuenta la necesidad de nueva inversión extranjera directa, y también nacional, para que la recuperación económica se mantenga en el tiempo. Esa inversión es la que consolidaría un proceso marcado por “la estabilización del principio, una alta tasa de crecimiento, la expansión de las exportaciones y la creación de unos dos millones de puestos de trabajo”. Según Larson no habrá recuperación estable sin arreglo con los acreedores. Al hablar de inversiones, Larson se refirió al “capital privado y paciente, de la clase de capital útil para realizar inversiones capaces de aumentar la capacidad productiva del país”.
Larson dijo que en las entrevistas se había preocupado por “llevar la relación bilateral a un nivel superior”.

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