ECONOMíA
› CON DATOS PROPIOS, ECONOMIA ESTIMO UNA BAJA DE 2.700.000 PERSONAS
Según Lavagna, hay mucho menos pobres
El Palacio de Hacienda asegura que hay tres millones de indigentes menos que en el peor momento de la crisis. Pero los cálculos que presentó Lavagna no siguen la metodología del Indec, el órgano oficial de estadísticas que toma un universo urbano diferente del usado por el ministro.
› Por David Cufré
Una de las características de Roberto Lavagna como ministro de Economía es su inclinación por crear indicadores económicos, distintos a los del Indec, aunque midan las mismas cosas. De ese modo, en temas sensibles como el valor de la canasta familiar, la desocupación o el nivel de pobreza e indigencia la ciudadanía se encuentra con dos versiones: la emanada del organismo de estadísticas, y la del Palacio de Hacienda. Dos días después de la salida traumática de un ministro y con el clima político todavía enrarecido, el jefe de Economía se presentó ayer en conferencia de prensa para decir que 3 millones de personas dejaron de ser indigentes y 2,7 millones salieron de la condición de pobres, en comparación con el peor momento de la crisis. Los datos surgen de un ejercicio técnico de la Dirección Nacional de Políticas Macroeconómicas, de apenas una carilla y media.
“A lo largo del período de análisis –sostuvo Lavagna en el salón de conferencias de la Casa Rosada– hubo un progreso notable. Pero queda una fuerte tarea por hacer. La política de empleo y de inclusión social seguirá en el centro de la preocupación” del Gobierno, prometió el ministro. El nivel de indigencia, destacó, se redujo “en 10 puntos porcentuales”, al caer del 25,8 por ciento en octubre de 2002 a 16,3 por ciento al término del primer trimestre de este año. La pobreza descendió de 55 por ciento a 46 en el mismo período. En valores absolutos, la indigencia pasó de afectar a 8.553.000 personas a 5.481.000, mientras que la pobreza bajó de 18.239.000 a 15.490.000.
Ninguna de todas esas cifras coincide con las del Indec. La razón es que existen profundas diferencias metodológicas. En primer lugar, el Ministerio de Economía “extiende” al total urbano la información que la Encuesta Permanente de Hogares (del Indec) extrae para 31 aglomerados. En segundo término, porque este ejercicio técnico en particular de la Dirección de Políticas Macroeconómicas cruza su versión extendida de la EPH con el total de beneficiarios del Programa Jefas y Jefes de Hogar. Lavagna indicó que el Indec computa a 1.260.000 personas como perceptoras del plan de asistencia, cuando en realidad son 1.791.000. Lo que hizo su cartera fue considerar qué pasaría con la indigencia y la pobreza si se tomara como válida la última cifra. Así llegó a que hay 3 millones de indigentes menos y 2,7 millones de pobres menos que hace 18 meses.
El Indec guardó un sugestivo silencio frente a los datos de Economía. La relación entre el organismo y Lavagna es tensa desde el mismo momento en que éste asumió en Hacienda. Y se agrió todavía más cuando el ministro consiguió el desplazamiento de Juan Carlos Del Bello al frente del Indec, ubicando en su lugar a Lelio Mármora. El Indec difundirá su informe sobre pobreza e indigencia el próximo 17 de septiembre. A diferencia de Economía, el organismo define un cronograma de presentación de indicadores que se cumple más allá de los avatares políticos. El de pobreza se da a conocer dos veces al año, en marzo y septiembre, debido a que los valores cambian en enero y julio por el pago de aguinaldos. Ese factor estacional no fue tenido en cuenta en el documento que entregó Lavagna.
Néstor Kirchner expresó su satisfacción por la mejora en la situación social. “Si consolidamos nuestra actividad productiva, vamos a generar una economía fuerte en beneficio de toda la población”, afirmó. Los números “están mostrando realmente un camino muy positivo”. Economistas y especialistas en estadísticas del sector privado coincidieron en su análisis respecto del informe del Gobierno. Por un lado, confirmaron que la pobreza y la indigencia están disminuyendo como consecuencia del crecimiento económico –aunque a una velocidad menor que después de la crisis de 1989–, y por otro lado cuestionaron con dureza la validez metodológica del trabajo, así como la persistente vocación de Lavagna por usar cifraspropias, que contradicen a las del Indec.
”Este es el segundo engendro desde el punto de vista técnico que construye Lavagna para disimular los datos sobre desigualdad y pobreza que su política no puede resolver”, opinó el diputado y economista de la CTA Claudio Lozano. “Durante los ‘90 nos pasamos muchos años escuchando las bondades de la Convertibilidad comparando las cifras de pobreza con las del ‘89. Después de una crisis de esa gravedad, la pobreza siempre baja. Lo importante es en qué escalón queda y hoy la pobreza está bajando menos de la mitad de lo que descendió en la década pasada”, completó.
Por su parte, Héctor Valle, ex director del Indec, advirtió que “la metodología del informe no es nada clara”.
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