ECONOMíA
› REPERCUSIONES DE LA “AUTOCRITICA” DEL FMI
López Murphy está contento
La supuesta autocrítica del FMI por su actuación en relación con la Argentina durante el período 1991 a 2001 disparó ataques y elogios al por mayor. Varios de los economistas responsables de la política económica por aquellos años defendieron su trabajo y el del organismo, a pesar de las evidencias. Ricardo López Murphy se vanaglorió de haber intentado aplicar un ajuste fiscal sin precedentes, Roque Fernández lamentó que Argentina haya sido “débil desde el punto de vista fiscal” y Manuel Solanet, quien acompañó a López Murphy en su breve gestión en Hacienda, se quejó porque el FMI “fue muy blando”. Desde el Plan Fénix, en cambio, se acusó al Fondo de “mentir” y de “cometer abusos” en Argentina durante los ’90.
Marcelo Lascano, miembro de este último cuerpo de economistas, sostuvo que el FMI “está mintiendo” cuando dice que se equivocó por ser flexible y argumentó que “cuando la arquitectura financiera internacional jugaba con excedentes de fondos, al FMI no le incomodaba que se utilizara para financiar déficit de presupuesto”. El economista aseguró que “el FMI se equivocó” y que “acá hay un abuso porque su intromisión en los asuntos internos va más allá de sus misiones estatutarias”.
Aldo Ferrer, también del Fénix, consideró que “luego de los errores por los que nos guiaron, Argentina entendió que pase lo que pase, no depende del Fondo”. “Argentina –agregó– ha salido de la idea de que el FMI siempre tiene razón, y hoy tiene claro que es una negociación entre dos partes donde hay un país que no está pidiendo nada, con lo cual se tiene que llegar necesariamente a un acuerdo” en este momento.
López Murphy, quien últimamente opina poco de economía, dijo que en la última década “hubo un error grande en la excesiva permisividad con la política fiscal”. “Conozco las opiniones del Fondo sobre mi actuación” al frente de Economía, afirmó el líder de Recrear. “Nunca me imaginé que me iban a hacer un reconocimiento de esa magnitud”, se alegró, falsamente sorprendido. “El informe dice que durante mi gestión hubo un programa serio y responsable que no recibió apoyo político.” López Murphy, como se ve, se siente orgulloso del reconocimiento de Washington.
Uno de los funcionarios del FMI que participaba activamente en las negociaciones con Argentina durante la década pasada era Claudio Loser, quien ayer opinó que “el documento del Fondo es muy valioso”. “Allí se plantea que el organismo debió haber sido más duro en pedirle a la Argentina que saliera de la convertibilidad.” “Yo creo que el Fondo –alertó– será más exigente con el país ahora.”
Roque Fernández, sucesor de Domingo Cavallo en Economía durante el gobierno de Carlos Menem, dijo que “la responsabilidad del problema argentino es de Argentina, no tiene nada que ver el FMI”. También manifestó que el país “ha sido débil desde el punto de vista fiscal”.
Manuel Solanet fue más lejos al considerar que el FMI fue “muy blando” con Argentina. El Fondo “no fue lo suficientemente ortodoxo, pues su posición fue ayudar al Gobierno con fondos frescos para que reestructure su deuda. La motivación del FMI fue claramente política: le estaba haciendo un favor al Gobierno”, estimó Solanet, al referirse a la crisis de 2001. “Nosotros propusimos un programa de cambios estructurales para poner las cuentas fiscales en orden y evitar que siga aumentando la deuda pública, que fue finalmente lo que hizo colapsar la convertibilidad y nos llevó al default de la deuda”, señaló el ex secretario de Hacienda durante la última dictadura y mano derecha de López Murphy durante el gobierno de la Alianza.
Frente a estas opiniones y en relación con el conflicto actual entre el Gobierno y el FMI, Lascano dijo que “la misión del organismo es no perturbar las finanzas internacionales. Hay que recordárselo y decirle que aquí desde el punto de vista jurídico, avaló toda la basura de las definiciones de las políticas económicas sin chistar”.