ECONOMíA
› MENOS VENTAS DE EXPORTADORES
LLEVO A QUE EL DOLAR CERRARA A 3,06 PESOS
De la especulación también se puede vivir
Los exportadores, del mismo modo que hace un año, disminuyeron la liquidación de divisas. Ante el aumento de la demanda por importaciones y a una sostenida intervención compradora del Banco Central, el billete pegó un salto en su cotización. Así, la paridad se igualó a la relación real-dólar.
› Por Claudio Zlotnik
La situación se parece mucho a lo ocurrido hace justo un año. A fines de julio del 2003, el dólar cotizaba a 2,80 pesos. Diez días después llegó a 2,98. Aquella escalada se desencadenó por la brusca desaceleración en las liquidaciones de divisas por parte de los exportadores. Pero cuando la moneda estadounidense arañó los 3 pesos, las divisas reaparecieron en el mercado y la paridad cayó a 2,91. Con los condimentos adicionales que caracterizan cada momento, el actual escenario es similar al de aquel momento: de los 40 a 50 millones de dólares diarios que los exportadores liquidaron durante julio, ahora pasaron a un promedio de 26. Salvo ayer, que dejaron 38 millones ante el avance del dólar. El cierre fue a 3,06 pesos, el mayor nivel desde el 20 de marzo del año pasado. En el segmento mayorista terminó más arriba, en 3,07. ¿Pura especulación? ¿Factores estructurales que impulsan al tipo de cambio? ¿Cuál será el nuevo valor de equilibrio? Preguntas que se formulan tanto en los corredores de la city como en los despachos oficiales.
Un primer dato debería tranquilizar al lector. En estos momentos, el Banco Central cuenta con espaldas suficientes, nada menos que 18.182 millones de dólares, suficientes para detener una corrida cambiaria. Pero, además, la autoridad monetaria mantiene activos diversos controles a la compra de divisas, tanto para bancos como para empresas, que establecerían límites a una eventual ola especulativa.
Hay otro elemento que sirve para aventar fantasmas. Si bien los exportadores apuestan a favor de la desvalorización del peso, no es menos cierto que el Banco Central parece jugar en el mismo equipo. Ayer, por ejemplo, cuando faltaban veinte minutos para el final de las operaciones y el dólar retrocedía a 3,04 pesos, desde la mesa de operaciones de la autoridad monetaria partió una orden de compra que devolvió la paridad a 3,06. En total, el BCRA adquirió 25 millones de dólares, como lo viene haciendo en las últimas semanas.
En este contexto, en el Palacio de Hacienda transmiten tranquilidad. Los funcionarios se muestran a favor de un tipo de cambio más favorable para las exportaciones y aseguran tener todo bajo control. Niegan que haya nerviosismo en las empresas o en los bancos. Sin embargo, ayer fue la jornada de mayor volumen de compraventa de dólares del último mes y medio: alrededor de 210 millones de dólares. Un 30 por ciento más que el promedio del último mes.
Hubo también una lectura política del asunto: el hecho de que este impulso del dólar se da en medio de la pelea entre el Gobierno y el Fondo Monetario por el tema de la deuda. El FMI pugna para que la Argentina tenga un dólar más barato para poder pagarles más a los acreedores.
Más allá de los vaivenes diarios en el mercado cambiario, en la city apuntan que existen factores estructurales que influyen en los operadores y que están alentando un dólar más caro:
- Un achicamiento en el superávit comercial. Por la brusca caída en los precios de los cereales y un incremento en las importaciones, dado el crecimiento de la economía, algunos economistas suponen que el ingreso de divisas del 2005 será de 5 mil millones de dólares inferior al de este año. Vladimir Werning, economista jefe del JP Morgan, estimó en su último informe que el superávit comercial caerá de 12.200 a 7 mil millones de dólares entre este año y el próximo. Frente a estas perspectivas de alteración en el escenario comercial y financiero, hay operadores que apuestan por un peso más debilitado.
- Se sabe también que tanto el Gobierno como el Banco Central quieren una relación uno a uno entre el peso y el real. Esa convergencia se dio ayer: mientras el dólar en la Argentina cerró a 3,06 pesos, en Brasil terminó en 3,07 reales. La relación cambiaria entre ambos países había registrado una brecha importante hace algunas semanas, cuando el dólar en Brasil había picado a 3,15/3,20, mientras en la Argentina se había estancado en 2,95. Esa diferencia estuvo presente en las discusiones comerciales que ambos países tuvieron en distintos sectores hace algunas semanas.
- Tal cual lo descripto más arriba, los exportadores están especulando. Se estima que de los 32 millones de toneladas de soja cosechadas se colocaron apenas 18 millones. Las cerealeras esperan una mejora de los precios internacionales o un avance del dólar a nivel local. Cuando llegó a 3,06 pesos ayer aparecieron más vendedores. En este contexto, en la city especulan que habrá un pico en 3,10 pesos, pero que luego podría bajar un escalón cuando los exportadores aceleren el ritmo de liquidaciones. El año pasado, el día que llegó al punto máximo de 2,99, las cerealeras triplicaron sus ventas de divisas. Ese día remataron 72 millones de dólares y el dólar cayó a 2,91. En tanto, mientras resisten desprenderse de los billetes verdes, las empresas toman préstamos de corto plazo en los bancos para hacer frente a sus gastos fijos.
- Roberto Lavagna cree que la suba del dólar no generará inflación. El argumento principal es que los precios quedaron fijados a un dólar de 3,60 pesos. En todo caso, algunos economistas advierten que ese equilibrio podría quebrarse si la cotización se mantiene en torno de 3,10 a lo largo del tiempo.
No caben dudas de que a medida que el Central siga convalidando una suba del dólar se sumarán los exportadores que busquen liquidar sus divisas. A partir de ahí se abre el interrogante sobre el nuevo tipo de cambio de equilibrio. Al respecto, pocos dudan de que será por arriba de los 3 pesos. Tal cual lo quería Néstor Kirchner desde el comienzo de su gestión.