ECONOMíA
› CAMBIO DE PLANES DEL GOBIERNO
DESPUES DEL CORTOCIRCUITO CON EL FONDO
Pago a acreedores que cobrará el FMI
El choque con el Fondo cambió los planes de Economía. Según fuentes de su entorno, Lavagna estudiaba una oferta en efectivo de 2000 millones de dólares a los acreedores, de la cual parece desistir después de que el FMI postergó la aprobación de las metas y suspendió los desembolsos. Esa misma plata, ahora, sería para pagarle al Fondo.
Por Marcelo Zlotogwiazda
El cortocircuito que se produjo en la relación entre el gobierno argentino y el FMI puso en dudas la concreción de una sorpresa que tenía preparada el equipo de Roberto Lavagna a favor de los tenedores de títulos en default con el fin de garantizar un mayor porcentaje de aceptación por parte de los acreedores. Según averiguó este diario de fuentes del equipo negociador argentino, la idea que tenían en carpeta y que ahora cuenta con menores chances era ofrecer un pago en efectivo de 2000 millones de dólares a repartir entre los que aceptaban la propuesta de canje. “A los acreedores les salió el tiro por la culata”, comenzó diciendo a Página/12 el funcionario consultado. “Usaron al FMI para que nos metiera mucha presión pero se les fue tanto la mano que tal vez hayan bloqueado la posibilidad que estaba siendo evaluada para mejorarles la oferta”, agregó desafiante.
El escenario comenzó a modificarse hace un par de semanas cuando en Economía se convencieron de que el FMI no estaba dispuesto a aprobar la tercera revisión del acuerdo en vigencia antes de que la burocracia del organismo se tomara sus sagradas vacaciones del verano boreal. Terminaron de convencerse a principios de mes cuando un importante funcionario del Tesoro de los Estados Unidos le reclamó a uno de los negociadores argentinos una mejora adicional en la propuesta para salir del default con el objetivo de garantizar una aceptación del 80 por ciento. No sólo eso: “Además, nos dijo que deberíamos seguir cancelando en términos netos nuestra deuda con los organismos de crédito”.
Hay que recordar que desde principios de 2002 hasta ahora, la Argentina redujo su deuda de capital con esas instituciones en 4000 millones de dólares, a los que se agrega otro tanto de pago de intereses.
Semejantes exigencias del Tesoro estadounidense les dejó en claro a los negociadores argentinos que el gobierno de George Bush esta vez no iba a mover un dedo para que el Fondo aprobara la tercera revisión en el momento que pretendía la Argentina.
Para complicar aún más el panorama, además de las exigencias en materia de deuda en default y de pago a los organismos, los técnicos del FMI insistían con la necesidad de cumplir en el tema privatizadas, coparticipación y compensación a bancos.
Frente al nuevo escenario, la respuesta llegó el 5 de agosto, a través del documento inusualmente duro que Roberto Lavagna difundió criticando al FMI. Y terminó de definirse junto al presidente Néstor Kirchner en esas mismas horas, postergando de manera unilateral hasta fin de año la revisión que el FMI no quiso hacer en agosto. “Decidimos que en septiembre no nos iba a resultar oportuno ponernos a discutir el acuerdo con el FMI ya que vamos a estar a full en los road shows por el canje de deuda”, explicó la fuente.
Con esta inesperada dilación, la estrategia que tenía diseñada Economía para enfrentar a los acreedores entró en discusión nuevamente por una sencilla razón: la falta de acuerdo con el FMI sobre la tercera revisión implica que el organismo ya no reembolsará los pagos que de aquí en más haga la Argentina, lo que obviamente reduce la disponibilidad de dinero para otros fines.
“Si todo marchaba bien con el FMI nuestra idea era ofrecerles a los acreedores dos dólares en efectivo por cada 100 dólares de títulos en default que decidan canjear por alguno de los nuevos bonos del menú de opciones.” Dado el monto que se está renegociado, para eso requerían aproximadamente 2000 millones de dólares, que bien podrían haber salido de los fondos excedentes que la Tesorería tiene depositados en el Banco Nación. Lo que aún no está para nada definido es cuánto de los vencimientos serán abonados. De ahora hasta diciembre vencen alrededor de 1400 millones de dólares de cancelación obligatoria, pero hay otros 1000 millones que podrían ser refinanciados.
Pese a que desde la Casa Rosada algunos con mucho poder dejaron trascender al periodismo con tono de suficiencia que el Gobierno va a cumplir con todos sus compromisos como una medida demostrativa de fortaleza y para ganar grados de libertad, en Economía hay voces importantes que no están de acuerdo con esa posición. “Mi opinión es que no resulta para nada conveniente pagarle todo al Fondo sin tener asegurados el acuerdo y el reembolso del pago”, señaló la fuente.
Lo que piensa Lavagna sólo él lo sabe. Lo cierto es que en Economía ya se decidió hacer el intento por minimizar los pagos al FMI y abonar sólo los de cancelación obligatoria. “Tenemos por delante dos test importantes: el primero es si (el director gerente del FMI, Rodrigo) Rato eleva al directorio el pedido de postergación de unos 1000 millones de dólares de vencimientos que le presentaremos en estos días. Si lo hace, ahí viene el segundo test, que será ver qué se vota en el directorio”, adelantó el funcionario.
–¿Y qué confianza se tienen para pasar los test?
–Yo la veo muy difícil. Me atengo a lo que pasó en estas últimas semanas. Si el staff del Fondo y los países del G-7 hubieran colaborado y mostrado más sensatez, todos hubiéramos salido ganando. Ahora, en cambio, estamos entrando en una zona de riesgo, y de mucho más riesgo si se le paga todo al Fondo.
–¿Por qué?
–En primer lugar porque nos quita recursos para endulzar la oferta con un pago cash. Pero, además, porque nada nos garantiza que aun logrando porcentajes de aceptación razonable en el canje, digamos un 60 por ciento, no venga el Fondo y nos diga no alcanza, no es suficiente, y continuemos con los tironeos y las indefiniciones como hasta ahora.
Subnotas