Vie 27.08.2004

ECONOMíA

“Hay que pagarle mejor a la gente que trabaja”

En un acto en Corrientes, el presidente Kirchner envió un mensaje al Consejo del Salario que debutó ayer. Sostuvo que la pelea de su gestión será por achicar la brecha entre los sectores de mayor y menor ingreso.

Aunque utilizó menos de diez palabras, el presidente Néstor Kirchner buscó marcar la cancha. “Hay que pagarle mejor a la gente que trabaja”, dijo el mandatario durante un acto en Corrientes, a pocas horas de que el Consejo del Salario comenzara a debatir en el Ministerio de Trabajo. El mensaje estaba dirigido al sector empresarial que desde que el Gobierno expresó sus intenciones de elevar el salario mínimo de los privados no ocultó sus reparos frente a la posibilidad de que se disponga un incremento de este tipo.
“Es hora de promover a las pymes y pagar mejor a los que trabajan, eso es una cuestión central y esencial”, aseguró el Presidente, quien destacó la necesidad de achicar a través de este tipo de medidas la brecha entre los sectores de mayores y menores ingresos. “Vamos a dar la batalla –señaló– contra esos índices que se ocultaron durante tanto tiempo. Hay que volver a los tiempos en que esa diferencia era de 11 puntos, que luego llegó a 50, y que hoy hemos bajado a algo menos de 40. Es hora de empezar a igualar hacia arriba.”
No fueron las únicas definiciones lanzadas ayer por Kirchner. Tal como ocurre en cada una de sus visitas al interior, el Presidente abrió el abanico de temas y le dedicó algunos párrafos a la negociación de la deuda con los organismos internacionales, a pocos días de la visita al país del director del Fondo Monetario, Rodrigo Rato. “A estos organismos, con todo respeto, les digo que la Argentina es un país con buena fe, que quiere cumplir con sus compromisos externos, pero que tiene un pensamiento propio y no va a renunciar a su recuperación”, aseguró sobre el escenario dispuesto en el Club Regatas en la capital correntina, a metros del río Paraná. “Primero sustentabilidad interna y luego externa”, dijo.
El clima en Corrientes no era bueno, y no sólo por las nubes grises y la lluvia débil que recibieron al Presidente al mediodía. A esto se sumaba la posibilidad latente de que grupos piqueteros llegaran desde Resistencia y opacaran la visita presidencial con sus manifestaciones exigiendo la libertad del líder del MIJD, Raúl Castells, detenido desde el miércoles a pocos kilómetros, en la capital chaqueña (ver página 14).
En el Gobierno no descuidaron este punto, y tal como se dispuso luego de los incidentes en Tucumán durante los actos por el Día de la Independencia, el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, llegó al lugar 24 horas antes para testear el terreno. El trabajo del enviado oficial rindió sus frutos, al igual que el despliegue de gran cantidad de efectivos de Gendarmería sobre el puente interprovincial General Belgrano para frenar el avance de las agrupaciones. Apenas se registraron algunos choques menores del lado chaqueño entre los manifestantes y la policía, y, de este lado, todo se desarrolló en orden.
Antes de ingresar al estadio del Regatas, Kirchner dialogó con un grupo de docentes y empleados municipales que se manifestaban para reclamar un aumento salarial al gobernador radical Ricardo Colombi. El Presidente se comprometió a aportar los 15 millones de pesos que Corrientes necesita para ponerse al día con el Plan de Financiamiento Ordenado y de este modo dejar el camino libre a Colombi para avanzar hacia la recomposición exigida.
Durante un breve acto, Kirchner entregó fondos para obras públicas por cerca de 170 millones de pesos y firmó convenios de promoción con el gobierno provincial. El gimnasio colmado estaba decorado por banderas de Barrios de Pie y del MTD Evita, dos agrupaciones piqueteras cercanas a la Casa Rosada. En medio de una jornada movida para el Gobierno, el único miembro del gabinete que acompañó al Presidente en su viaje fue el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido.
Luego de los anuncios formales, el Presidente lanzó sus definiciones y dedicó algunos dardos hacia “aquellos que en la década pasada decían que estábamos viviendo un proceso de transformación mientras entregaban la Argentina y profundizaban la pobreza y la desocupación, y hoy exigen que reconstruyamos el país en tres o cuatro días”. “Que tengan claro –dijo– que tenemos buena memoria: lo vamos a reconstruir, pero no vamos a mentir a los argentinos diciendo que en tres o cuatro días lo podemos hacer.”
“Y que no vengan a intentar frustrar el proceso de recuperación que vive el país: no nos vencieron cuando pudieron, menos lo van a hacer ahora”, lanzó Kirchner, a modo de advertencia, antes de salir del polideportivo. Afuera, un grupo de pescadores locales que logró eludir el vallado policial le obsequió un dorado de ocho kilos antes de que subiera a la camioneta que lo trasladó rápidamente hacia el aeropuerto Piragine Niveyro.

Informe desde Corrientes: Alfredo Ves Losada.

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