ECONOMíA
› TRAS LOS REPROCHES, ARGENTINA E ITALIA BUSCAN ENFRIAR LA DISPUTA
Distensión con pase de facturas
La visita del embajador de Italia al canciller argentino sirvió para la catarsis. A las quejas del visitante por las críticas de Kirchner a Berlusconi, les siguió una enumeración de dichos de funcionarios italianos contra el gobierno argentino. Recién después vino la distensión.
El gobierno italiano, a través de su embajador, Roberto Nígido, le transmitió al canciller Rafael Bielsa la “sorpresa y dolor” por las recientes declaraciones del presidente Néstor Kirchner sobre el primer ministro Silvio Berlusconi. Bielsa contestó que las declaraciones no fueron circunstanciales y respondieron a lo que el gobierno argentino consideró un accionar sistemático de distintos funcionarios italianos para “obstruir y cuestionar”, ante el FMI y los bonistas, la propuesta de reestructuración de la deuda. Sin embargo, los funcionarios de los dos países acordaron bajar el tono de la disputa y buscar una línea directa de diálogo entre los dos gobiernos.
Cuando el embajador Nígido entró al despacho de Bielsa pudo observar sobre el escritorio del ministro una gruesa carpeta. No tardó en enterarse de su contenido. Luego de escuchar los reproches del embajador, que se concentraron en atribuir los problemas que la reestructuración de la deuda argentina enfrenta en su país no a la actitud de su gobierno, sino a la “del Poder Judicial y del sector privado”, Bielsa abrió el dossier y le reseñó a Nígido la suma de actitudes de funcionarios italianos contra el canje de deuda, tanto frente al staff de los organismos multilaterales como en el ámbito político local e internacional. Con este conjunto de datos, que incluían fechas, lugares, reuniones y medios en los que se habían tenido actitudes que el gobierno argentino consideró afectaban la relación bilateral, Bielsa sostuvo que “también la Argentina” se sentía “sorprendida y dolida” por la actitud italiana y afirmó que “las declaraciones del presidente Kirchner no fueron un hecho circunstancial, sino el resultado de una serie de antecedentes”.
Sin embargo, voceros de la Cancillería sostuvieron que el encuentro “fue muy cordial y amable” y que “Bielsa y Nígido acordaron bajar el tono de la disputa pública”. Siempre según las mismas fuentes, durante el encuentro cada parte “argumentó la posición de su respectivo gobierno”, aunque “hablaron de explorar vías políticas y diplomáticas que puedan contribuir a un diálogo mejor”.
Nígido había solicitado por la mañana el encuentro con Bielsa quien, antes de aceptar, se comunicó desde Chile con el presidente Kirchner para acordar la posición que sería transmitida al diplomático italiano. El pasado viernes, Kirchner sostuvo en Puerto Madryn que le “dolía” la actitud del gobierno de Berlusconi. También acusó a los bancos italianos de haber “engañado” a sus clientes al venderles bonos que “sabían eran insolventes”. En esa oportunidad, el Presidente subrayó la “actitud distinta” del gobierno de Berlusconi “comparada con la que tuvimos nosotros, que les abrimos nuestro corazón y los brazos a los italianos en los peores momentos”. Incluso, pidió al premier italiano que “rectifique” su postura, y a los bancos italianos que “se hagan responsables de lo que han hecho”.
Al final del encuentro, las dos partes acordaron “buscar nuevas vías políticas y diplomáticas para contribuir al desarrollo de la relación de los dos países”. Minutos después, en un acto político en Costa Salguero, el presidente Kirchner aseguró que no se dejará “correr” por presiones externas y dijo “no tener miedo”. “Nos cambiarán la fecha (de la apertura del canje). No importa, seguiremos trabajando para que la Argentina pueda potenciar el camino de la recuperación”, sentenció.