La función central de la AFIP es cobrar impuestos, pero en los últimos dos años desarrolló un rol inesperado: se convirtió en un importante proveedor de financiamiento de las empresas, casi como si fuera una rueda de auxilio del sistema bancario. A través de moratorias, planes de facilidades de pago y distintos regímenes de asistencia, el organismo recaudador financió desde mayo de 2002 a noviembre de 2004 deudas de los contribuyentes por 11.170 millones de pesos. La cifra equivale a un tercio de los préstamos concedidos por las entidades financieras al sector privado en el mismo período.
El informe elaborado por la AFIP llega a una conclusión que le sirve como respuesta a los reclamos de distintas cámaras empresarias, como la CAME, para que el organismo extienda y flexibilice sus programas de refinanciación de deudas. El documento sostiene que “en el marco de crecimiento de la economía y dadas las amplias posibilidades de pago ofrecidas por la AFIP en los últimos 30 meses, es altamente probable que las empresas que no ingresaron a esos planes presenten problemas de índole económico”. Tras ello, subraya que la magnitud de esos problemas “no son solucionables mediante el financiamiento de sus deudas fiscales”.
Sobre el total de la pasivos financiados a los contribuyentes, 4370 millones de pesos correspondieron a la moratoria general, 3890 millones quedaron en el RAF, 1610 millones ingresaron a la moratoria de monotributistas y autónomos, y los restantes 1300 millones de pesos formaron parte del RAFA. La evaluación efectuada por la AFIP destaca que el 99,8 por ciento de los contribuyentes que se adhirieron al RAFA son Pymes.
En el período de 30 meses contemplado en el informe, el sistema financiero redujo su stock de préstamos destinados al sector privado no financiero en 6144 millones de pesos, al pasar de 36.679 millones a 30.535 millones.