ECONOMíA
› LOS ESPAÑOLES DEL BANCO RIO ADVIRTIERON QUE TIENEN FONDOS PARA TRES MESES
A río revuelto, ni un duro a Argentina
El Banco Río, el extranjero más importante de la plaza local, controlado por el español Santander, quedó huérfano de su matriz. Anunciaron que a la filial argentina le queda dinero para tres meses y que no será asistida. Con ese recibimiento comenzó su gestión Roberto Lavagna. El alivió vino por el lado del dólar, que terminó a 3 pesos con tasas cercanas al 100 por ciento.
› Por Claudio Zlotnik
Al final de la tarde, Roberto Lavagna pensó que su debut como ministro había sido óptimo. El dólar había mostrado una importante baja con respecto a los valores anteriores al extenso feriado bancario y cambiario, finalizando a 3 pesos en el mercado minorista y a 2,92 en el segmento mayorista. En ambos casos, el retroceso varió entre 5 y 7 por ciento. Pero además del alivio, Lavagna también pudo darse cuenta de lo difícil que resulta ser titular del Palacio de Hacienda en la Argentina. No alcanzó a relajarse cuando, desde Madrid, un alto ejecutivo del Santander Central Hispano (SCH) advirtió que el Banco Río, entidad que controla, cuenta con liquidez suficiente sólo para mantenerse tres meses más. La novedad provocó enojo en Economía y en el Banco Central. También entre los colegas del Río. En los despachos oficiales y en la city porteña temen que tanta sinceridad termine por hacer más virulenta la corrida contra los bancos.
Después de ofrecer una conferencia de prensa para dar a conocer los resultados globales del SCH del primer trimestre, el consejero delegado Alfredo Sáenz fue contundente. “Nuestra filial argentina es una caja cerrada y aislada, de donde no entra ni sale nada. La presencia en ese país está condicionada a que el sistema financiero sea viable y rentable”, subrayó el ejecutivo durante la presentación. La polémica advertencia fue pronunciada ya una vez finalizado el discurso, cuando un periodista de la Cadena Ser de España quiso conocer más precisiones sobre la situación del mayor grupo bancario español en la Argentina. Con la ampliación brindada por Sáenz se supo que, aislada de su casa matriz, la liquidez del Banco Río alcanza como máximo hasta julio próximo.
Ya en la presentación de los resultados queda en claro que el SCH soltó a su suerte al Río. En los papeles destacan que las ganancias del grupo alcanzaron a 670,5 millones de euros (603,5 millones de dólares) en el primer trimestre “con aporte cero de la Argentina”. El informe agrega incluso que las utilidades resultaron 0,3 por ciento superiores a las del año pasado, una mejora que hubiese alcanzado al 9,6 por ciento si se dejara de lado a la Argentina.
La advertencia de Sáenz respecto de la Argentina estuvo en línea con la realizada semanas atrás por el propio jefe del grupo, Emilio Botín. “Nuestra permanencia está condicionada” a la existencia de un sistema financiero “viable y rentable”, insistió ayer Sáenz, repitiendo los anteriores conceptos de su jefe.
El crudo aviso del Santander-Río no hace más que sacar a la superficie no sólo el severo terremoto económico sino también la crisis sistémica de los bancos (ver nota aparte). Hasta diciembre último, el Río era el segundo banco privado en cantidad de depósitos, con 5825 millones de pesos. También se ubicaba en esa misma posición respecto de los préstamos (5933 millones). Altas fuentes del banco en Buenos Aires confirmaron a Página/12 que si bien la intención es seguir “desarrollándose” en la Argentina, “no queda margen para hacer negocios si, por ejemplo, no se resuelve el corralito”. Este reclamo del Río se entiende. La entidad financiera fue la más perjudicada por los amparos judiciales, con retiros superiores a los 500 millones de pesos.
La advertencia del SCH aparece en momentos críticos para la suerte del sistema financiero. Desde hace diez días se encuentra suspendido el canadiense Scotiabank Quilmes, cuya casa matriz se negó a capitalizar la filial argentina. Y si bien en el Gobierno se menciona la posibilidad de que ello ocurra en los próximos días, fuentes de la city estiman que el envío de fondos frescos no impediría un retiro de las operaciones en el país. “Nosotros negociamos pero desconocemos la verdadera intención de los canadienses”, apuntó a este diario una alta fuente del Central. Ese mismo funcionario se lamentó por las punzantes declaraciones del Santander. Frente a la posición tomada por el grupo español, en el BCRA admitieron que la situación de los bancos es delicada. Pero lamentaron que el sinceramiento español pueda empeorar la corrida de los ahorristas contralos bancos. El enojo no se disimuló en la reunión que los banqueros de Abappra mantuvieron ayer con funcionarios y legisladores. “Mientras buscamos la solución al corralito, la advertencia del Río es como echar nafta al fuego. Demuestra que los bancos extranjeros tejen su propia política sin importarles la suerte del país”, resumió uno de los banqueros a este diario.
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