ECONOMíA
› CRUDO DIAGNOSTICO DE LA CONSULTORA DE LAVAGNA
Ecolatina no ve reactivación
El último informe de la consultora Ecolatina –el primero desde que su dueño, Roberto Lavagna, ocupa el Ministerio de Economía– sostiene que los datos de la recaudación en el primer trimestre fueron “decepcionantes” y que la actividad económica “no desacelerará su caída” por varios meses. En este contexto, los ingresos públicos caerán el 16 por ciento en términos reales, pero serán equilibrados por $ 8000 millones de retenciones a las exportaciones y entre $ 9000 y 12.700 millones que los tenedores de pesos pagarán por el “impuesto inflacionario”. De esta manera, la recaudación se vuelve menos dependiente de la evolución de la actividad económica.
Durante el primer trimestre la recaudación impositiva cayó el 16,1 por ciento en relación a similar período del 2001, mientras que para abril la caída será de por lo menos el 15 por ciento. Para los próximos meses “el panorama tampoco será alentador”: “La actividad económica no desacelerará su caída hasta entrada la segunda mitad del año”. En consecuencia, “resultan poco probables las estimaciones oficiales del rojo fiscal esperado para 2002, que indican un déficit de 3000 millones de pesos”.
La consultora sostiene además que el congelamiento del gasto “sin indexación salarial ni eliminación de los recortes del 13 por ciento” a las salarios y jubilaciones pagadas por el sector público, junto a la mayor flexibilidad del FMI, que ahora se conforma con ese congelamiento sin exigir en forma tajante su disminución nominal, permiten que en adelante las metas fiscales dependan exclusivamente de la recaudación.
En este contexto, “entran a escena dos viejos conocidos de la historia económica argentina”. “Por un lado, la inflación, que incrementa los ingresos fiscales en términos nominales y, a su vez, licua las tenencias de dinero por parte de los individuos”. Por otro lado, parte de la devaluación es “apropiada por el sector público a través de las retenciones”. Estos dos factores determinarán que el 2002 se registre un cambio en la composición de la recaudación, que se volverá “más anticíclica”. Estimando una inflación minorista de 50 por ciento, la recaudación será de 45.300 millones, a los que se sumarán 8100 millones por retenciones y entre 8.900 y 12.700 millones por “impuesto inflacionario”.
“Una simple comparación con lo ocurrido con la década el ‘80, por lejos la peor en términos de inflación, indica que esta performance sería comparable a la del año 1986. (...) Por entonces, el impuesto inflacionario sobre M1 llegó al 2,5 por ciento del PBI”, concluye Ecolatina.