ECONOMíA
› NO HAY GRANDES DIFERENCIAS CON EL MALOGRADO PROYECTO DE REMES
Un nuevo Plan Bonex igual al viejo
Banqueros y funcionarios siguieron sin ponerse de acuerdo sobre el nuevo Plan Bonex. Los bancos se resisten a garantizar un título en dólares. Con los bonos podrán cancelarse créditos.
Después de intensas reuniones durante todo el día, banqueros y funcionarios siguieron sin ponerse de acuerdo sobre cómo será el nuevo Plan Bonex. En esencia, los bancos se resisten a garantizar con sus activos una parte relevante de los bonos a 10 años que se emitirán para canjear compulsivamente por plazos fijos reprogramados, sobre todo si ese título es en dólares. Hoy continuarán las reuniones para definir el decreto de necesidad y urgencia que el presidente Duhalde quiere firmar cuanto antes y que luego debería ser ratificado por el Congreso. Sí hubo acuerdo en la necesidad de que los bonos puedan tener usos alternativos que incrementen su valor de mercado. Por eso, ayer el diputado Rodolfo Frigeri, titular de la Comisión de Finanzas y uno de los legisladores que lidera las negociaciones, confirmó que los títulos servirán para cancelar créditos hipotecarios, prendarios y, probablemente, también personales. Por otro lado, ratificó que se eliminará el CER en los créditos hipotecarios para vivienda única “sin límite” y que éstos se indexarán por un coeficiente de variación salarial (CVS).
Ayer, siguió sin definirse cómo será el nuevo Bonex, fundamentalmente porque los bancos se niegan a garantizar los títulos públicos que el gobierno quiere emitir a 10 años y en dólares, para trocar compulsivamente por los plazos fijos reprogramados. El argumento de los bancos es que como tienen la cartera de créditos pesificada no pueden garantizar absolutamente nada en dólares, a menos que el Estado se haga cargo de un seguro de cambio por la diferencia entre 1,40 y la cotización del dólar al momento del vencimiento de los títulos. Otra alternativa sería que los bancos ofrecieran un título en pesos a más corto plazo para canjear una porción de los plazos fijos. Pero, por ahora, priva la idea de que el nuevo Bonex no sería muy distinto al Bonex que propuso Remes Lenicov justo ante de renunciar, porque se lo bochó el Congreso.
Menos conflictivas son las discusiones sobre qué hacer con el dinero en cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas corrientes). Pese a la presión de los banqueros, ya se acordó que no habrá bono compulsivo sino optativo. Por eso, el objetivo es que el título sea lo más atractivo posible para el ahorrista que tiene como alternativa correr al dólar. Así, el bono sería vendido a 1,40 peso por dólar; o sea que con 14.000 pesos podrán obtenerse títulos por 10.000 dólares. Y su duración sería de unos 3 años. En este caso, la garantía aportada por los bancos podría ser, además, mayor. Se estima que hay unos 27.000 millones de pesos en cuentas a la vista, de los cuales unos 12.000 millones se utilizan para transacciones cotidianas de la economía y el resto es ahorro. Justamente, esta porción (unos 15.000 millones) se teme que correría al dólar si se abriera definitivamente el corralito.
Sea como fuere, también fueron definidas otras cuestiones importantes. Por caso, Frigeri aseguro que los bonos podrán ser utilizados para cancelar créditos hipotecarios, prendarios y probablemente hasta personales, lo cual mejoraría su cotización en el mercado secundario.
Por su parte, el diputado Omar Becerra, vicepresidente del bloque justicialista, confirmó que la eliminación del CER alcanzará a todos los créditos hipotecarios para vivienda única y que en este caso “no habrá límites” de montos. En cambio, se aplicaría la cláusula CVS más una tasa de interés anual del orden del 3,5 por ciento.
Ayer en Economía insistían con que tanto el Plan Bonex como la modificación al CER saldría por decreto de necesidad y urgencia. Pero que se estaba buscando el consenso legislativo para que, una vez firmado el decreto, pueda ser ratificado por el Congreso. Además, esos dos puntos se incluyen también en el paquete de negociación con los legisladores por otras dos cuestiones clave para el gobierno: las modificaciones a las leyes de Subversión Económica y de Quiebras. Como es sabido, ésta es una condición prioritaria del Fondo Monetario, sin la cual Washington ya anticipó que será imposible llegar a un acuerdo por asistencia financiera.
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