ECONOMíA
› DOCUMENTO DE ANOOP SINGH SOBRE AMERICA LATINA
“Existe consenso con el FMI”
El Fondo Monetario Internacional difundió un documento que revisa la evolución macroeconómica de América latina en los últimos 15 años. Bajo la fórmula de que la región “aprendió las lecciones de los ’90” y de que ahora “existe consenso” para las políticas que el organismo sugiere, el informe sostiene que, para mantener el actual crecimiento de la región, debe seguirse el clásico recetario de liberalización financiera y comercial, profundización de la independencia de los bancos centrales, fortalecimiento del clima de negocios y extensión de la flexibilización laboral. Al final del siempre largo camino, el premio será la llegada de recursos del exterior que apuntalarán el desarrollo. De Argentina mucho no se dijo. Sólo que su gobierno “trabaja para reactivar las inversiones” y que “reconoce la necesidad del progreso macroeconómico”.
El informe “Estabilización y reforma en América latina: una perspectiva macroeconómica en la experiencia desde comienzos de 1990” fue presentado en Washington por el director para el Hemisferio Occidental del Fondo, Anoop Singh. Según el funcionario, “Latinoamérica está creciendo al ritmo más rápido de la última década” y este año conseguirá una expansión de entre el 4 y el 5 por ciento. La evolución positiva es el resultado de un contexto externo favorable por los altos precios de las commodities y las bajas tasas de interés internacionales. El momento es oportuno para “emprender las reformas estructurales, institucionales y de gobernabilidad” para atraer “recursos nuevos a estas economías”, completó Singh.
De acuerdo con el informe, las limitaciones de las reformas emprendidas a principios de los ’90 estuvieron dadas por una combinación de factores externos, como la volatilidad de los flujos de capital, e internos, como la elevada deuda pública, que impidieron alcanzar la meta del crecimiento sostenido. En consecuencia, se produjeron elevados niveles de pobreza y desigualdad muy altos frente a los estándares internacionales, lo que ha “reducido el apoyo a las reformas de mercado y la confianza en las instituciones gubernamentales”. Sin embargo, “existe un consenso entre la opinión pública a favor de mantener baja la inflación”, lo que se logra con políticas de control inflacionario que “refuercen la independencia y transparencia de los bancos centrales”.
Asimismo, resulta crucial continuar con el recorte de la deuda y el fortalecimiento de los sistemas financieros, “un elemento clave para reducir la vulnerabilidad a las crisis”. Igualmente importante será la apertura comercial, que demandará un esfuerzo “a nivel nacional e internacional”, lo que permitiría a la región incrementar su “relativamente bajo” porcentaje en el total del comercio mundial.
Para el FMI también es importante continuar con las reformas del mercado laboral, que “ganarán protagonismo a medida que avanza la liberalización comercial y son un prerrequisito para cosechar todas sus ventajas”.
Por último, el organismo insiste en la vitalidad de impulsar el papel estratégico del Estado para “establecer una atmósfera empresarial que respalde una mayor inversión privada y productividad”.
Como puede apreciarse, la racionalidad del informe consiste en que el problema en la región durante los últimos 15 años no residió en el fracaso de las políticas sugeridas por el FMI, las del llamado Consenso de Washington, en esencia, apertura, desregulación y privatizaciones, sino en que éstas no se llevaron adelante con la profundidad necesaria y, adicionalmente, no se les prestó la debida atención a la solidez institucional, la lucha contra la corrupción –considerada genéricamente y desvinculada de las políticas sugeridas– y la construcción de adecuadas redes de contención social. En este sentido, la visión del Fondo no se diferencia mucho de cierta derecha vernácula, que sigue repitiendo que el fracaso de los ’90 no fue causado por este ideario, sino, por el contrario, por no haberlo llevado más a fondo. En conjunto, se trata de afirmaciones que, contrastadas con los hechos, descubren cierta deshonestidad intelectual. En este punto una de las respuestas de Singh enla conferencia de prensa fue reveladora. Frente a la pregunta de si el FMI había aprendido las lecciones de los últimos 15 años, el funcionario se limitó a contestar que “éste no es un estudio sobre el papel del Fondo” en América latina.