ECONOMíA
Medidas en estudio para contener las presiones después del canje
La principal preocupación será mantener el tipo de cambio después del canje. “Ahora nos reunimos para ver cómo paramos la entrada de divisas.”
Por C. Z.
Los miembros del equipo económico se esfuerzan por esconder la euforia que les provoca la satisfactoria evolución del canje. A esta altura, tanta vehemencia en mantener esa pose se parece mucho a una cuestión cabalística. Pero la verdad es que los funcionarios ya están pensando (y trabajando) en el día posterior al cierre de la operación de la deuda. Y, en este sentido, uno de los temas que más les preocupa es poder mantener el actual tipo de cambio. Por eso se están definiendo medidas para lograr el objetivo.
La previsión es que, una vez cerrada la transacción, habrá una ola de ingresos de dólares. “La Argentina es muy rara. Hace dos años y medio no sabíamos la manera de parar la fuga y ahora nos reunimos para ver cómo podríamos obstaculizar la entrada de divisas”, comentó a este diario un alto funcionario gubernamental.
Como el Banco Central morigeró sus intervenciones en el mercado cambiario después de las fuertes compras de diciembre pasado, ahora es el Banco Nación (con fondos del superávit fiscal) el encargado de sostener la paridad. La semana pasada compró 20 millones de dólares diarios. Pero la orden para ésta fue elevar las adquisiciones a 30 millones. Después del ingreso al Congreso de la ley que impone un cerrojo a la oferta a los acreedores, la entrada de capitales especulativos se incrementó.
El objetivo del Gobierno es “mantener el dólar lo más cerca posible de los 3 pesos”, relató un funcionario a Página/12. Ayer cerró a 2,943 pesos para la venta, cuando a principios de año estaba a 2,98. Se tomarán medidas adicionales para conseguir aquella meta, que ha sido emblemática de la administración Kirchner.
Durante las últimas jornadas se realizaron diversas reuniones entre el equipo económico y el Banco Central. Martín Redrado propuso que el Banco Nación utilice los 2400 millones de pesos que acredita como “pases pasivos” (préstamos de corto plazo al BCRA remunerados con una tasa del 2,75 por ciento anual) para comprar 800 millones de dólares en el mercado. De esa manera lograría mantener el tipo de cambio.
El tema es que esos fondos no son del Nación sino del Tesoro nacional, y Lavagna se negó a utilizarlos. Argumentó que podría precisarlos ante alguna eventual iliquidez, y que si se viera forzado a vender los billetes verdes en el mercado lograría el efecto contrario al buscado: una caída sensible del dólar.
En la mesa de negociaciones, Economía planteó que el Banco Central incremente sus intervenciones en el mercado. Ayer compró 13 millones de dólares, pero el promedio del último mes resultó de 20 millones. En el Gobierno piensan que si Redrado compra más dólares luego puede esterilizarlos a través de los instrumentos financieros disponibles. “No hay margen para que suba la tasa de interés”, aseguró la fuente a Página/12.
El otro capítulo que se analiza está referido al control al ingreso de capitales especulativos. Se aguarda una avalancha por parte de inversores que apostarán por una revaluación del peso. Unas semanas atrás, Lavagna mencionó que se impondrían controles “a la chilena”, basados en la imposición de encajes a los fondos que ingresan. En el Banco Central piensan que bajarle el “techo” al dólar, por ejemplo a 2,90, desalentaría en parte esa eventual “avalancha”. En tanto, se mantendrá la obligación de los exportadores de liquidar las divisas.
En el Gobierno se tomarán las próximas tres semanas para definir el paquete.