Vie 11.02.2005

ECONOMíA  › LA RENTABILIDAD EMPRESARIA YA SUPERA LOS NIVELES DE 1997

Los ganadores de la posdevaluación

La recuperación de la utilidad empresaria fue tan rápida como contundente. Las subas de salarios fueron absorbidas sin problemas.

› Por Claudio Zlotnik

A tres años de la explosión de la crisis, las empresas están pasando por el mejor momento de los últimos tiempos: sus ganancias operativas se encuentran en niveles máximos. En comparación con lo que ocurría hace ocho años en pleno auge de la convertibilidad, las compañías ahora ganan, en promedio, un 60 por ciento más. El dato es trascendental en medio de las discusiones salariales, ya que revela que los empresarios tienen soga de sobra para aumentarles a sus empleados.
La investigación sobre las ganancias de las compañías estuvo a cargo del Grupo Unidos del Sud, comandado por el empresario Francisco de Narváez. En el trabajo se estableció un índice –IRIP– que mide la utilidad operativa de las compañías, que surge de restarles a las ventas los costos y gastos asociados, con excepción de los impuestos. Según ese indicador, la renta se encuentra en el 32 por ciento. Se trata de un nivel óptimo: en enero de 1997 estaba en el 20 por ciento.
El dato, referido al último trimestre del año pasado, mostró una leve caída, de dos puntos, respecto de la renta del tercer trimestre. Esa baja menor se dio por la caída en los precios de algunos productos agrícolas, como soja, maíz y trigo. El economista Martín Lousteau, a cargo de la investigación, explicó que el retroceso está siendo compensado por un sensible incremento de las ventas en el mercado interno.
Para Lousteau, la alta rentabilidad empresaria debería tener un impacto positivo sobre los salarios. Según el especialista, hay varios hechos que avalan esta teoría:
- Los aumentos de sueldos que el Gobierno otorgó por la vía del decreto fueron absorbidos sin problemas por los empresarios.
- La tendencia alcista de los salarios no impidió que el empleo formal y el informal sigan creciendo al mismo ritmo. La hipótesis es que, si los costos salariales presionasen a las ganancias, se notaría un aumento mayor del empleo en negro.
- El hecho de que la rentabilidad se encuentre en sus máximos indica también que existe un colchón antes de que haya presiones inflacionarias. Esta afirmación echa por tierra la hipótesis de los economistas ortodoxos de que si hay más incrementos salariales habrá aumentos de precios.
- El campo sigue ganando a pesar de las retenciones y la caída de los precios.
El informe revela también que la industria y la construcción son los sectores más dinámicos de la economía. Aunque en los últimos meses se notó una recomposición de los servicios, en especial del comercio. A propósito de este rubro, Lousteau remarcó la existencia de una recomposición de márgenes de ganancias, al ritmo de las mayores ventas.
En el último trimestre, los industriales fueron los que más subieron salarios: el 2,4 por ciento contra el 0,9 por ciento del promedio del resto de la economía. La mejora de los industriales se debe a la escasez de técnicos capacitados, en medio de la recuperación del sector tras la debacle durante la convertibilidad.
Lousteau, ex asesor de Alfonso Prat Gay en el Banco Central, se mostró optimista sobre el futuro económico. Dijo que no existen presiones inflacionarias y que se evidencia “una sana dispersión del crecimiento hacia los sectores que al inicio de la recuperación, a mediados de 2002, no se habían favorecido: los servicios públicos y los privados”. Lo que quedó claro después de la presentación del informe es que los empresarios tienen caja para invertir y expandirse, pero también para aumentar los salarios y la plantilla de empleados.

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