El dólar volvió a subir. En las operaciones “por cuenta y orden del Banco Central” terminó a 3,10 para la compra y 3,20 pesos para la venta, valores cinco centavos por encima a los del cierre anterior. En el mercado libre, la moneda estadounidense terminó en la banda 3,10/3,30. En dos jornadas, el alza acumulada resultó de 7,7 por ciento. En el Banco Central responsabilizaron a los exportadores por la falta de oferta de divisas y a una cuestión estacional –el pago de salarios– por la mayor demanda, pero lo cierto fue que el propio organismo emisor convalidó la suba del dólar actuando como comprador neto en el segmento mayorista.
En este mercado, donde operan bancos y empresas, el dólar terminó a 3,18 pesos, pero llegó a tocar un máximo de 3,24 pesos a media tarde. En ese momento, el Central vendió billetes y aplacó el precio. Pese a esta intervención, el saldo del día en este mercado resultó favorable al BCRA en 20 millones de dólares. Como en los días anteriores, para abastecer al “chiquitaje” el Central colocó 20 millones.
La decisión de Mario Blejer, presidente del Central, de comprar dólares en un mercado alcista generó polémica en la city. Mientras algunos analistas la criticaron, otros en el microcentro explicaron la lógica de la autoridad monetaria: si se dejara caer al dólar se incrementaría el juego de los especuladores, que saldrían a comprar billetes “baratos”. En esa pulseada, el Central perdería reservas y quedaría más debilitado. En cambio, con un dólar alto pasa lo contrario: se achica el mercado, al tiempo que se fortalece la posición de un Central que no pierde reservas. En un par de bancos señalaron a Página/12 que este esquema sirve para ganar tiempo mientras se busca el acuerdo con el Fondo Monetario, pero que sin ese convenio, el escenario más probable involucra a un dólar por las nubes. Otra de las especulaciones que ayer recorrió el microcentro porteño daba cuenta de una cuestión política, según la cual el Gobierno dejaría escapar al dólar para disciplinar a los legisladores y gobernadores detrás de las exigencias impuestas por el Fondo.
Sin los exportadores, que ayer tampoco liquidaron divisas porque especulan con un agravamiento de la crisis, el mercado mayorista quedó muy reducido: apenas 66 millones de dólares, muy lejos de los 400 millones que se negociaban en el mercado electrónico en los momentos de mayor agitación. Desde el Central, incluso, quieren limitar aún más al mercado. Desde pasado mañana, el horario de negociaciones en el mercado libre terminará a las tres de la tarde, y no a las cinco como hasta ayer.
Voceros del BCRA también atribuyeron la trepada del dólar al hecho que los empleados empezaron a cobrar sus salarios. “En el primer viernes de cada mes existe una fuerte demanda de quienes cobran sus sueldos. Compran y esperan para vender más adelante en el mes, especulando con una suba”, señalaron las fuentes a este diario.
Como contrapartida, el elemento que juega a favor del Gobierno es el freno en la salida de depósitos del corralito. En los primeros días de vigencia, la Ley Antigoteo tuvo éxito y frenó los amparos judiciales. Por el feriado bancario también se moderó la fuga de las cajas de ahorro, que de un promedio de 85 millones de pesos bajó a la mitad el lunes pasado, y a sólo 5,2 millones el martes.