ECONOMíA
› UN DIA DE BOICOT EN LAS ESTACIONES DE LA SHELL
“Acá no cargo ni mamado”
“Cargo nafta acá porque guardo el auto a la vuelta y me queda cómodo.” “Estos tipos son unos sinvergüenzas.” “No estoy de acuerdo con el aumento pero es la nafta de mayor calidad y prefiero pagar la diferencia, pero si siguen subiendo los precios veré qué hago.” “El boicot impulsado por el Gobierno me parece bárbaro.” “No creo una sola palabra de lo que dice (Néstor) Kirchner sobre este conflicto.” Estas son algunas de las frases que se escuchaban ayer a la tarde en distintas estaciones de servicio Shell. En medio del boicot lanzado desde la Casa Rosada contra la empresa por el incremento en sus combustibles, las opiniones de los automovilistas oscilaban entre la bronca, la indiferencia y la incredulidad.
“Yo acá no cargo ni mamado”, dijo a Página/12 Daniel Jamui, mientras cerraba la puerta de su Fiat Duna blanco detenido en la Shell de 9 de Julio y Libertador. “Vine a ver si me puedo tomar un cortado con los puntos acumulados en la Travelpass”, explicó y luego ingresó al drugstore de la estación de servicio. Mientras tanto, cinco de los nueve surtidores que funcionan en esa sede estaban despachando combustible como cualquier día. “Puede ser que haya bajado un poco el flujo de vehículos, pero la verdad es que en esta zona la gente no se preocupa demasiado por 10 centavos”, señaló un joven, conocedor del movimiento del lugar.
Por otra parte, en la estación ubicada en Lima e Independencia todavía podía leerse la frase “Aguante Kirchner” pintada en el piso por militantes del MTD Evita durante el escrache que se realizó el viernes para respaldar la embestida oficial. La circulación era claramente menor que en la sede de Retiro, sin embargo algunos comerciantes vecinos explicaron que “los sábados a la tarde esto suele estar medio muerto”. No quisieron confirmar ni desmentir este dato los cuatro trabajadores de la playa de surtidores ni el encargado del lugar, ya que tienen orden de guardar silencio.
“Seis centavos de aumento no es mucho, pero espero que sea el límite, porque si no a lo mejor cambio”, señaló Pablo Novarro luego de cargarle cinco pesos a su Yamaha DT. “No creo –dijo– que la gente cambie de marca por lo que pueda decir el Presidente, sino más bien por cómo le afecte al bolsillo.” En ese mismo instante, un joven que circulaba con su Ford K negro por Independencia bajó la ventanilla y gritó sin detenerse: “Dejá de aumentar Shell”.
Por su parte, Roberto Disanti expresó su apoyo rotundo al boicot luego de cargar 30 pesos de súper a su Volkswagen Gol rojo. “Me parece perfecto porque a estos tipos se les está yendo la mano. Yo llegué hasta acá con la reserva y es la última estación antes del peaje, si no no entraba ni ahí. Creo que el Gobierno debería tomar medidas concretas, y si Shell y Esso y las que aumenten tienen que irse del país, que se vayan, lo que me preocupa son los pibes que trabajan acá que se pueden quedar sin trabajo y no tienen la culpa.”
Otros no se mostraron nada entusiasmados con la iniciativa presidencial. “Yo le pongo buena nafta a la moto porque quiero andar rápido y no voy a dejar de cargar en un lado porque al final van a aumentar todas. No creo una sola palabra de lo del boicot, ni a Kir-chner”, explicó Daniel Alvarez antes de alejarse en su Honda Shadow de 500 centímetros cúbicos. Detrás de él ingresó una Chevrolet C-10 modelo 66 impecable, que no es precisamente un vehículo económico. “Parece que hay quilombo con Shell”, bromeó su dueño, Osvaldo Pedone, quien cargó 15 pesos de súper y aseguró que la elección de la estación de servicio fue por pura comodidad. “Tengo la cochera acá a la vuelta y ando sin tiempo, pero voy a ver si cambio.”
Informe: Alfredo Ves Losada