ECONOMíA
› STIGLITZ NO QUIERE A WOLFOWITZ EN EL BANCO MUNDIAL
“Una provocación” anunciada
La designación del hasta ahora número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, para presidir el Banco Mundial es “un acto de provocación” del gobierno estadounidense que puede desembocar en actos de violencia en “el mundo en desarrollo”, afirmó el ex economista jefe de la institución, Joseph Stiglitz.
En declaraciones a una cadena de televisión británica, Stiglitz predijo que la decisión de Washington conseguirá que el Banco Mundial (BM) se convierta nuevamente en blanco de los odios de la población de muchos lugares del mundo, lo que traerá “protestas callejeras y violencia”.
Para el Nobel de Economía, el principal riesgo es que el BM se transforme “en un instrumento explícito de la política exterior de Estados Unidos”. “Así, seguramente asumirá un papel destacado en la reconstrucción de Irak. Y todo ello puede poner en peligro su papel de organismo.” “Las políticas más moderadas del Banco en los últimos años y el haber puesto su acento en el desarrollo le han ganado a la institución mucho más respeto en el mundo en desarrollo, que podría echarse a perder si se produce una fuerte derechización”, advirtió el académico.
Aunque las opiniones de Wolfowitz en materia de desarrollo siguen siendo vagas, su mero nombramiento, dijo Stiglitz, echará a perder la credibilidad que le resta al Banco. “Los gobiernos de los países en desarrollo se verán sometidos a presiones enormes ya que un tema de batalla electoral será la conveniencia de darle la patada al Banco Mundial”, advirtió. Según el economista, con el nombramiento de Wolfowitz y el que hizo anteriormente la Casa Blanca del unilateralista John Bolton como embajador ante la ONU, Estados Unidos “quiere demostrarle al mundo que hace lo que le da la gana”. Stiglitz propuso que el Banco sea conducido por alguien que sepa de desarrollo y que conozca a los países en desarrollo. En esta línea sugirió nombres como los de Arminio Fraga, ex titular del banco central de Brasil; Ernesto Zedillo, ex presidente de México, y el ex ministro de finanzas turco Kemal Dervis. “¿Por qué tiene que ser el presidente (del BM) siempre un estadounidense?”, se preguntó.
Por último, Stiglitz consideró que la actitud de Europa debe ser “vetar el nombramiento”. “Si no lo hace, me temo que Estados Unidos podrá hacerle tragar al mundo prácticamente lo que le venga en gana”, concluyó.