Circularon muchas versiones –en algunos casos se comprobaron ciertas– sobre la radicación de nazis en Argentina. En La conexión alemana (Edhasa), la periodista alemana Gaby Weber investiga otro aspecto del mismo fenómeno: el lavado de dinero nazi que comienza en 1951, cuando se establece la sucursal de Mercedes Benz. Weber destaca el rol clave del empresario peronista Jorge Antonio y narra la captura de Adolf Eichmann, que apenas llegó a la Argentina trabajó como empleado de Mercedes Benz en la planta de González Catán. El tema –dice Weber– no se agota en los ’50: retorna de manera tenebrosa en los ’70, cuando 15 empleados de la fábrica desaparecen y la empresa es acusada de haberlos entregado a la dictadura.