La aceleración de la inflación preocupa al Gobierno y ayer no pudo evitar que se le notara. Fue un día de nervios, de mucha actividad, de reuniones y recriminaciones. Néstor Kirchner se reunió por la mañana con el secretario de Agricultura, Miguel Campos, responsable de los acuerdos con productores de carnes, pollos y lácteos, y le pidió resultados mejores a los obtenidos hasta el momento. Los convenios fueron poco efectivos, ya que en muchos lugares las rebajas no se produjeron. Así lo denunciaron varias asociaciones de consumidores, tras hacer distintos relevamientos en supermercados, almacenes y carnicerías. “Estamos trabajando y prestándole al tema la atención que obviamente merece”, afirmó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
Además de reclamos de Kirchner, Campos recibió un llamado de su jefe directo, Roberto Lavagna, quien partió de viaje hacia Japón. El funcionario, junto con técnicos del Ministerio de Economía, convocó a su cartera a representantes de las cámaras frigoríficas, consignatarios de hacienda y del Mercado de Liniers para insistir con el reclamo de una caída en los precios. Los empresarios dijeron que “la carne está bajando y bajará aún más”.
La reunión con ellos duró una hora y media. Campos, de todos modos, les hizo saber el “particular interés” de Kirchner en el tema, para que no hubiera dudas de que el Gobierno habla en serio. En el equipo económico afirman que se aumentarán las retenciones a las exportaciones del sector si en los próximos días no aprecian un cumplimiento cabal del acuerdo. Por otra parte, el secretario de Agricultura les dijo a los empresarios que de aquí en adelante su cartera y la subsecretaría de Defensa del Consumidor harán un seguimiento más estricto y detallado de la evolución de los precios. También habrá “encuentros más frecuentes” para analizar la situación.
El alza en los precios le dio espacio a economistas ortodoxos para que volvieran a insistir con su tradicional receta de “ajuste fiscal y monetario”. Así lo dijo, por ejemplo, Jorge Vasconcelos, ex colaborador de Domingo Cavallo que sigue trabajando en la Fundación Mediterránea. El economista indicó, por otra parte, que para que la inflación de 2005 no supere el 10 por ciento, el índice de precios al consumidor debería ser en promedio del 0,6 por ciento de aquí a fin de año.
Las asociaciones de consumidores revelaron que los acuerdos de precios no se están cumpliendo. Susana Andrada, del Centro de Educación al Consumidor, denunció que “el pollo que se vende a 3,80 es de muy mala calidad, mientras que el pollo de una calidad media está 5,30 el kilo”. Pedro Busetti, de Deuco, dijo que “en los lácteos, por fuera de lo que se acordó, se produjeron aumentos en subproductos como yogures y quesos descremados como para compensar las bajas”.
Campos se mostró sorprendido por la queja y advirtió que en caso de que los acuerdos no se cumplan “se buscarán otros mecanismos para actuar”. “Me llama la atención que se diga que no se cumplen (los acuerdos), pero de todas maneras vamos a seguir chequeando y si no es así veremos qué se puede hacer”, concluyó. El funcionario sostuvo que las rebajas no se apreciaron en el índice de precios al consumidor porque “los acuerdos se firmaron a mediados de marzo, pero creo que en abril la inflación estará por debajo del 1 por ciento”.