ECONOMíA
› CON APOYO DE DIPUTADOS, EDELAP
QUEDO HABILITADA PARA SUBIR LA TARIFA
Primer salto y trampolín para otros
El ajuste inmediato alcanza al 15 por ciento en la tarifa para clientes industriales y comerciales, pero en 2006 llegará a los usuarios domiciliarios en una magnitud todavía desconocida.
› Por Cledis Candelaresi
Después de un acalorado debate en el que la oposición objetó el acuerdo suscripto con Edelap como presunto “acto de corrupción” (ver recuadro), Diputados avaló ayer ese documento considerado modelo para el resto de las renegociaciones energéticas. Con este apoyo parlamentario, se habilita un ajuste a partir del 1º de mayo que no descenderá del 15 por ciento “en la tarifa media” de clientes industriales y comerciales. Indefectiblemente, la recomposición llegará a las facturas domiciliarias en 2006. Pero antes de ello, unas y otras podrían pegar un salto hoy difícil de precisar, en la medida que aumenten los costos de la distribuidora de La Plata y alrededores operada por la norteamericana AES, incluyendo en éstos los desembolsos del propio programa de inversiones a ejecutar. Como tímido paliativo, a principios del año próximo estará vigente un nuevo régimen de tarifa social, a costa del Estado y de los usuarios “más pudientes”.
El nuevo contrato firmado con Edelap fija las pautas para un período de transición que se extenderá hasta el primero de febrero de 2006. Ahí comenzará a regir un nuevo cuadro de precios, producto de la revisión tarifaria integral que abarcará a todos los usuarios sin discriminación. Pero en el ínterin se permite a la empresa aumentar un 23 por ciento su retribución (un valor que se añade al costo de la energía propiamente dicha y al transporte), suba que impactará en un porcentaje menor sobre el importe final de las facturas de clientes no domiciliarios.
La distribuidora eléctrica bonaerense consiguió una habilitación clave para garantizar que no se deteriorará su ecuación económica a partir de ahora, pase lo que pase: los mayores costos que enfrente podrán ser trasladados a la tarifa de manera, si no automática, bastante ágil.
El documento que el 20 de abril había aprobado el Senado de la Nación prevé que el ENRE revisará periódicamente el precio del servicio según el Indice de Variación de Costos. En la medida que éste se modifique un 5 por ciento (en más o en menos), los reguladores deberían habilitar los ajustes correspondientes. Si esa modificación llegara al 10, la propia empresa puede pedir una recomposición “extraordinaria”.
No hay ningún indicio de que los costos de explotación del servicio vayan a bajar. Por el contrario, las señales son en sentido contrario. Especialistas indican que sólo cuando se faculte trasladar a las tarifas finales la suba que tuvo el gas en boca de pozo en el último año, las facturas eléctricas residenciales deberían subir un 22 por ciento (porque muchas usinas funcionan con ese combustible). Y a este incremento habría que adicionarle el de otros costos asociados a la distribución, incluido el programa de inversiones que Edelap se avino a ejecutar en el período de transición, detallado en un anexo.
“El PEN establecerá oportunamente la pauta de asignación en las tarifas de clientes residenciales, de los ajustes o aumentos posteriores que se reconozcan en los costos propios de la distribución”, sentencia el texto. Para atenuar el impacto de esos reajustes, se prevé la instrumentación de una tarifa social para usuarios más modestos, cuya identificación precisa queda pendiente. Lo singular es quién costeará ese precio diferencial para los más pobres.
El prometido descuento será financiado con “aportes del Estado, reducción de la carga fiscal y el resto de los usuarios no beneficiados” que, presumiblemente, tendría un cargo adicional. ¿Qué aportará Edelap? El costo de reconexión del servicio (para poder cobrarles a quienes quedaron fuera de la red), la financiación de deudas preexistentes (de esos rescatados), la instalación de equipos de medición y la readecuación del sistema de facturación”. Lo necesario para engrosar ingresos.
Igualmente benévolo resulta el régimen para pagar penalidades, ya que permite a la distribuidora bonaerense pagar las multas aplicadas antes del 6 de enero de 2002 en veinte cuotas semestrales, la primera ciento ochenta días después de conseguida la revisión tarifaria integral.Recién cuando esté listo ese cuadro definitivo y amplio de tarifas, AES se avendría a renunciar a su demanda en el Ciadi, tribunal arbitral del Banco Mundial ante el que reclama 100 millones de dólares como compensación por el perjuicio que le habría ocasionado la desdolarización de sus precios. Por el momento, esta demanda sólo está suspendida.
Con el respaldo de ayer, Edelap se transformó en la primera distribuidora eléctrica que renegocia su contrato mediante un acuerdo provisorio y rompiendo el frente empresario ya que Edenor y Edesur se oponen, aunque a priori parezca atractivo para las privatizadas. Valga destacar que se le garantiza a la distribuidora bonaerense un “trato equitativo” por el cual si las otras consiguieran mayores ventajas, los norteamericanos las disfrutarían también.
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