ECONOMíA
› EL AUMENTO DE PRECIOS DE MAYO FUE MENOR AL INFORMADO
Por el PURE engordó de más
Roberto Lavagna admitió un error del Indec en el cálculo de precios de mayo. Estimó un valor mayor del servicio eléctrico por el nuevo régimen de ahorro de energía, que llevó a estimar un aumento de precios superior al real. No habrá corrección, “ya está hecho”.
No es común que Roberto Lavagna reconozca un error, y menos para darle la razón al ministro con el que peor relación tiene en el gabinete: el de Planificación, Julio De Vido. Pero ayer ocurrió. El jefe de Economía admitió que su cartera sobreestimó el impacto inflacionario del plan de ahorro energético PURE, por lo cual el cálculo de 0,6 por ciento de suba del índice de precios al consumidor de mayo estuvo “un poquito por arriba” de lo apropiado. Sin embargo, el costo de vida del mes pasado no será corregido. “Ya está hecho”, dijo Lavagna en conferencia de prensa, quien justificó la pifia en que “siempre preferimos pecar de prudentes”, en lugar de “ocultar aumentos como hacían otros”.
El informe que entregó el Indec el último viernes destaca un aumento de la tarifa eléctrica en mayo del 13,6 por ciento. El Palacio de Hacienda lo atribuyó al plan de ahorro energético PURE, que establece que los usuarios domiciliarios que demandan más de 300 kilovatios/hora por mes deberán ahorrar un 10 por ciento con respecto a sus consumos de 2003 o, de lo contrario, sufrirán penalidades. Como el dato real de lo que sucedió el mes pasado todavía no está disponible, el Indec estimó que los usuarios no lograron ahorrar lo suficiente para librarse de los aumentos y, en consecuencia, sufrieron un impacto equivalente al 13,6 por ciento.
De Vido no podía creer la noticia. Primero, porque el PURE no arrancó a mediados de mayo como estaba previsto, por demoras en su reglamentación. Es decir, se computó un ajuste que no se produjo. Y en segundo lugar, porque la metodología del Indec dejó en evidencia que el plan de premios y castigos es en realidad un aumento de tarifas encubierto.
Lavagna admitió ayer que el cálculo de la inflación de mayo “estuvo un poquito por encima de lo que hubiera debido”, porque se aplicó de manera irrestricta el alza de la energía eléctrica “que todavía no está vigente”. “Previendo su vigencia decidimos computarlo, a pesar de que (el PURE) todavía no se inició. Fuimos más lejos de lo que deberíamos haber ido. Metodológicamente debimos haberlo repartido a lo largo del año”, reconoció. Sin embargo, sostuvo que “no modificaremos” el 0,6 por ciento ya informado.
Más allá del papelón, el ministro dijo estar tranquilo con respecto a la evolución de la inflación. Y descartó turbulencias a raíz del aumento del salario mínimo acordado la semana pasada y de los incrementos que se logran en paritarias. “No hay que ver las cosas parcialmente”, comentó. “Además de subir los sueldos –siguió– hay mejoras importantes en la productividad y una caída de precios en insumos y bienes de capital importados.” Por lo tanto, la balanza se equilibra y las empresas no tendrían motivos para elevar sus precios. Lavagna remarcó que “mantenemos la previsión presupuestaria de una inflación de entre 8 y 10,5 por ciento este año”.
Su apreciación sobre el impacto de las subas salariales es distinta a la que expuso hace dos meses, cuando cuestionó severamente a la Unión Industrial y a la CGT por promover acuerdos en ese sentido. Al ser consultado sobre si los conflictos generados las últimas semanas –como el de Smata con las automotrices– impactarán en la economía, Lavagna también los consideró como “algo natural”. “Estos conflictos producen algún ruido, pero es común a todos los países. Trataremos de que se resuelvan lo antes posible”, señaló. En la misma línea, sostuvo que “no tengo temor de que el proceso electoral impacte en la economía. Hay que acostumbrarse a la gimnasia democrática”.
Lavagna comentó, por otra parte, que no tiene previsto viajar a Washington para retomar las negociaciones con el FMI. En cambio, espera para la próxima semana la visita de su par brasileño, Antonio Palocci, para buscar un acuerdo con el país vecino sobre el intercambio de bienes industriales en el Mercosur.