El Gobierno dio el primer paso de una política de recomposición de haberes jubilatorios con un aumento de la mínima de 308 a 350 pesos. La medida rige desde julio y alcanza a 2,4 millones de personas, incluidos los beneficiarios de pensiones no contributivas y los ex combatientes de Malvinas. La Casa Rosada se reservó para más adelante otros anuncios, que van desde un ajuste para el resto de los jubilados (ver nota aparte) hasta un subsidio de 30 pesos a cerca de un millón de afiliados al PAMI que cobran el haber más bajo y no tienen otro beneficio. La primera de las medidas, el ajuste del mínimo, le costará a la Anses 581,5 millones de pesos hasta fin de año. Pero al organismo dispone de otros 830 millones para hacer frente a nuevas mejoras. La obra social de la tercera edad, a su vez, logró ahorros por casi 900 millones.
Roberto Lavagna y Carlos Tomada se encargaron de comunicar la suba del mínimo a 350 pesos. “La decisión del Gobierno fue hacer una asignación de los excedentes presupuestarios a cuestiones de orden social o salarial”, explicó el ministro de Economía. También recordó que en enero de 2002 el piso salarial estaba en 150 pesos. La actual administración concedió seis aumentos, desde los 200 pesos, mientras que la de Eduardo Duhalde había terminado con el congelamiento de más de una década.
Cada uno de esos retoques tuvo mayor alcance, lo que también refleja el achatamiento de la pirámide salarial. Cuando la mínima pasó de 150 a 200 pesos, los beneficiarios fueron 513.492 jubilados, el 16,5 por ciento del total. Ahora, el salto a 350 pesos llegará a 1.948.971 personas, el 63 por ciento del padrón de la Anses. En todo este tiempo, la única medida de carácter más general fue un aumento del 10 por ciento a los que ganan menos de 1000 pesos, dispuesta en septiembre del año pasado.
El secretario de Seguridad Social, Alfredo Conte Grand, comentó a Página/12 que el Gobierno “trabaja en función de las disponibilidades”. “Tenemos que ir con cautela”, agregó, pero admitió que “queda pendiente una recomposición para los demás jubilados y para los que perciben más de 1000, que tienen sus haberes congelados desde hace doce años”.
Durante los próximos meses, antes de las elecciones de octubre, habrá nuevas medidas. Por un lado, se otorgará un aumento global. Por otro, se mejorará la situación de quienes se encuentran en peor condición. De esto último se encargará el PAMI. Su titular, Graciela Ocaña, presentó un proyecto a Néstor Kirchner para asignar los ahorros presupuestarios conseguidos durante su gestión, cercanos a los 900 millones de pesos. Una parte de esos recursos se utilizará para otorgar un subsidio de 30 pesos a aquellos jubilados que ganan la mínima y perciben un solo beneficio. Gracias a ese subsidio –que podrá cobrarse en efectivo y que por ahora reciben en forma de bolsón de alimentos unos 380 mil afiliados al PAMI– ningún jubilado tendrá ingresos inferiores a 380 pesos.
Los técnicos de la obra social están cruzando padrones para determinar quiénes son los que cobran un solo haber (hay más de 1,4 millón que tiene jubilación y pensión) y no reciben algún otro subsidio de carácter nacional, provincial o municipal. La tarea es compleja, por lo que se estima que los 30 pesos estarán disponibles a partir de agosto. En principio, la medida regiría por un año.
Con respecto al anuncio de ayer, Tomada precisó que la medida alcanza a “todos aquellos comprendidos en el régimen de jubilaciones y pensiones, a quienes integran las ex cajas provinciales, a los pertenecientes al régimen de pensiones no contributivas y a los ex combatientes de Malvinas”. En total son 2,4 millones de personas. Los ex combatientes que reciben una pensión estatal son 14.786. Su beneficio es equivalente a tres jubilaciones mínimas, por lo que pasará de 924 a 1050 pesos mensuales. Las pensiones no contributivas, en tanto, se calculan en base al 70 por ciento del haber mínimo, con lo cual tendrán un avance de 216 a 245 pesos.El director de la Anses, Sergio Massa, intentó desvincular las medidas de la próxima contienda electoral. “Pasamos de 150 a 350 pesos después de siete aumentos consecutivos, lo que quita toda especulación electoral y confirma la firme decisión de mejorar la realidad de nuestros jubilados.”
Otros capítulos pendientes de la política de ingresos del Gobierno son el incremento de las asignaciones familiares, la incorporación a los salarios de los trabajadores del sector privado de los 100 pesos que se liquidan como suma fija no remunerativa y la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias. Lavagna dijo que “al día de hoy no hay ninguna información que dar” al respecto, pero también sostuvo que el Gobierno “tiene una política de incentivar el consumo mediante una mejora de los ingresos de la población”.