Aunque la baja en la cotización del petróleo llevó cierto alivio a los mercados, tras cuatro jornadas consecutivas de alzas, las expectativas están puestas en las cifras de las reservas de combustible almacenadas en Estados Unidos que se den a conocer esta semana. Una baja les daría una nueva excusa a los especuladores en el mercado de futuros para impulsar otro salto en la cotización, que sigue amenazando con superar los 60 dólares el barril. El precio de las naftas en los países importadores, pero también en la Argentina, está pendiente de esos vaivenes.
El elevado precio del petróleo se explica en parte por la fuerte demanda de los principales consumidores (Estados Unidos, China y Japón) y problemas en la oferta de Irak (conflicto bélico y boicot a instalaciones), Rusia (crisis de la petrolera Yukos) y Nigeria (conflictos internos). Pero son las operaciones de los fondos especulativos en los mercados de commodities las que les dan la tónica irracional a las variaciones de precios.
Un ejemplo de ello fueron las oscilaciones observadas en los principales mercados (Nueva York y Londres) en la jornada de ayer. Después de cuatro jornadas de suba, con un cierre el lunes a 59,37 dólares el barril, el mercado se movió nuevamente hacia arriba al inicio de las operaciones alcanzando a 59,70 para operaciones con entrega en julio (para agosto tocó un valor record de 59,95, y para septiembre de 60,10). Sin razones que lo justificaran más allá de la especulación, el precio se elevó por encima de todo lo conocido hasta ahora, momento en el que los “hedge funds” (fondos especulativos) vieron la oportunidad de hacer líquida la ganancia, vendiendo en la cima lo que habían adquirido a precios muy inferiores en los días previos. Al cierre en Nueva York, el barril cotizó a 58,90 dólares, 47 centavos por debajo de la jornada anterior.
Lo que fue una advertencia hace ya más de medio año del entonces titular de Pdvsa y hoy canciller venezolano, Alí Rodríguez, cuando en una entrevista con Página/12 apuntó que los fondos especulativos se habían adueñado del mercado de futuros y de sus valores, hoy es repetido por los principales analistas del mercado. Este control del precio internacional por parte de los especuladores lleva ya más de un año, y es consecuencia directa de la inestable situación creada a partir de la invasión de Irak. Hoy, esta situación amenaza el crecimiento económico internacional y pone en jaque a las economías dependientes del crudo importado. Y también a la argentina que, curiosamente, por las condiciones de mercado interno y falta de regulaciones está sometida a las reglas que fijan las petroleras privadas.