El precio del petróleo registró un nuevo record, al alcanzar los 61,35 dólares el barril en Nueva York, ante la posibilidad de que las tormentas tropicales en el Golfo de México afecten el abastecimiento de crudo a las refinerías estadounidenses, ya que en la zona se produce el 30 por ciento del petróleo estadounidense. En rigor, el fenómeno climático no fue más que un argumento para explicar el avance de un nuevo escalón en el precio del crudo, empujado por la atracción que este mercado de commodities ejerce sobre los capitales especulativos. Según los expertos del sector petrolero, se trata de los mismos capitales que antes operaban sobre las acciones de empresas tecnológicas en Wall Street, creando una espectacular burbuja que terminó –como no podía ser de otro modo– en un espectacular estallido. De allí el temor de que la misma historia pueda repetirse en el mercado petrolero.