ECONOMíA
› OFRECEN PRESTARLE AL GOBIERNO 8700 MILLONES DE PESOS
Y había vida nomás sin el FMI
› Por Claudio Zlotnik
En la pelea que viene manteniendo con el Fondo Monetario, el Gobierno dio ayer una muestra de fortaleza. En una licitación de bonos a nueve años de plazo, la demanda fue nueve veces superior a la emisión total de títulos. La colocación de Boden 2014 fue por 1000 millones de pesos. Tan cierto como esto fue que el costo de la operación resultó caro: 5,51 por ciento anual más la inflación. Es decir, de alrededor del 15,5/16,0 por ciento anual. Igual, en Economía festejaron que esa tasa resultó inferior a la lograda en la licitación anterior.
En total se presentaron ofertas por 8747 millones de pesos. Demasiados para los 1000 millones que estaban en juego. Esa avalancha le permitió a Economía hacer el corte a una tasa más baja que la esperada por los operadores. El fuerte interés se debe al enorme interés de los inversores por ampliar su cartera en activos en pesos, justo en un bono cuyo precio viene rezagado respecto de los demás. Pero, sobre todo, la gran demanda se explica porque esta emisión quedó exenta del control de capitales. Es decir, tanto los inversores extranjeros como los locales que repatriaron capitales pudieron comprar estos papeles sin necesidad de inmovilizar un 30 por ciento de los fondos.
El ingreso de divisas para participar de la operación quedó constatado en la fuerte intervención que se vio obligado a hacer el Banco Central para sostener el tipo de cambio: compró 94,5 millones de dólares. Fue la mayor adquisición de las últimas dos semanas. La adhesión de los inversores extranjeros también quedó en evidencia porque muchos de los bancos que entraron suelen ser activos en los mercados de bonos del exterior, como los estadounidenses Citi y BankBoston, el alemán Deutsche y los locales Mariva y MBA Banco de Inversiones.
El Gobierno quiere hacer jugar esta interesante inserción en el mercado de capitales en la pulseada que mantiene con el Fondo. El hecho de que la demanda haya excedido todos los pronósticos –en la licitación de hace dos meses la demanda había duplicado a la oferta– es destacada en el Palacio de Hacienda. “Está a la vista que despertamos gran interés en el mercado”, señaló a este diario un miembro del equipo económico. Eso no quiere decir que Lavagna esté pensando en aumentar el stock de la deuda. Todo lo contrario, cada vez que puede –y ayer fue el caso– insiste en que el objetivo es reducir los pasivos. Conclusión: para el Gobierno, la operación fue una clara señal hacia Washington de que podría cambiar paulatinamente de acreedor.
En forma coincidente, ayer el Gobierno recibió a su vez una señal favorable desde Washington. El Consejo Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional analizará previsiblemente la semana próxima los parámetros de un posible acuerdo crediticio con la Argentina, un paso necesario para el inicio de las negociaciones, según surge de una declaración de su portavoz, Thomas Dawson, quien añadió que tras esa cita se iniciarán las negociaciones del nuevo acuerdo crediticio. Esta es la primera vez que el Consejo Ejecutivo analizará los parámetros de un posible pacto antes del comienzo de las negociaciones. El directorio ha establecido este nuevo mecanismo para países que solicitan un acceso “excepcional” a los recursos del Fondo, es decir, después de que los créditos recibidos superen el 300 por ciento de la cuota de la nación.
Lo que está claro es que el debate de la relación con el FMI está abierto. Como también convoca a la polémica el costo de acceso al crédito. Una tasa del 15,5/16,0 por ciento anual, como la pactada ayer, sigue siendo muy alta como referencia para el resto de la economía. Frente al crédito del Fondo, a un costo del 6,5 por ciento anual en dólares, la discusión será cuánto valdría la pena pagar para desvincularse de sus duras condiciones.