ECONOMíA
› OTRA EMISION DE 1000 MILLONES
DE PESOS DE BODEN 2014
La irresistible tentación de la tasa
Si bien bajó un poco, la tasa del 5,20 por ciento anual más CER es un bocado para los operadores. Bicicleta de papeles por papeles.
Aunque leve, el Gobierno logró ayer una baja de la tasa de interés en la colocación de títulos de deuda por 1000 millones de pesos, a nueve años de plazo. El costo resultó del 5,20 por ciento anual, contra 5,51 por ciento de lo conseguido en la última licitación, el pasado jueves. Con esta operación, Economía completó el financiamiento en moneda local programado para este año aunque no se descarta que, por decreto, se decida una ampliación del plan. El Banco Central dijo que con los pesos recaudados comprará dólares para pagar deuda. El anuncio dio lugar a especulaciones sobre la estrategia que seguirá la autoridad monetaria. En este marco, el billete verde cayó a 2,88 pesos para la venta en las casas de cambio, su menor nivel en 14 meses.
La demanda de Boden con vencimiento en septiembre de 2014 volvió a superar ampliamente el monto de la emisión. Las propuestas de los inversores, por 5086,7 millones de pesos, quintuplicó la oferta del Gobierno. La razón hay que encontrarla en que la tasa de interés de esos bonos es la más alta del mundo en términos de dólares.
Si bien el bono tiene un rendimiento anual del dos por ciento más la inflación, la tasa implícita llega a la antes mencionada 5,20 por ciento. Es así porque el título tiene un valor de mercado por debajo de la par, lo cual implicó que por los 1000 millones de pesos que Economía se comprometió a pagar dentro de nueve años recibió tan sólo 873 millones. El último jueves, con una tasa implícita del 5,51 por ciento anual, había recibido 855 millones.
Como el capital del Boden 2014 se ajusta con la inflación, significa que la ganancia de los financistas alcanzaría al 15/16 por ciento anual. El hecho de que el Gobierno sostenga la cotización del billete verde en torno de 2,90 pesos le otorga cierta seguridad a los inversores de embolsar una ganancia semejante en términos de dólares. Así se comprende el apetito por los títulos de la deuda nominados en pesos.
Como la suscripción de estos papeles quedó exenta de los controles de capitales, los inversores –sobre todo del exterior– se subieron a una bicicleta financiera espectacular. Por el único hecho de mantener en su cartera estos bonos y esperar que la inflación haga lo suyo obtienen una rentabilidad en moneda dura imposible de obtener en los mercados internacionales. Para comparar, un sólo dato: la tasa implícita de los bonos del Tesoro estadounidense rinde alrededor del 4 por ciento anual, la cuarta parte de los Boden 2014.
Con el objetivo de dar una señal contundente de que seguirá sosteniendo el tipo de cambio, el Central les anunció a los inversores que, por cuenta y orden del Tesoro, saldrá a comprar dólares con los fondos recaudados en las últimas licitaciones. Entre el jueves y ayer se juntaron 1728 millones de pesos, equivalentes a 602 millones de dólares, de acuerdo a la paridad en el segmento mayorista.
Justamente, en ese mercado ayer se potenció la oferta de dólares ya que los inversores que compraron Boden 2014 el jueves y ayer salieron a liquidar divisas para pagar los papeles. En ese marco, la cotización cayó al mínimo del año: 2,8590 pesos. El escenario cambió no bien el Banco Central formuló el anuncio de las compras por cuenta y orden del Tesoro. Por esta vía, ayer adquirió 30,5 millones de dólares. A partir de ese momento, el tipo de cambio se recuperó un centavo, a 2,8690 pesos.
Para fortalecer la demanda de divisas, y que por lo tanto ayudar a mantener el nivel del dólar, el BCRA dispuso que los importadores de bienes de consumo y uso final tendrán la obligación de pagar al contado sus compras en el exterior.
Los fondos recaudados le permitirán a Economía seguir juntando para hacer frente a los fuertes vencimientos que se avecinan. El mes que viene habrá que girar nada menos que 1650 millones de dólares por los Boden 2012 que amortizan capital. Pero si además se cuentan los vencimientos impostergables con los organismos internacionales, la cuenta engorda en otros 1000 millones de dólares. De cara a las negociaciones con el Fondo Monetario, la inserción de la Argentina en los mercados de crédito voluntario puede leerse como una señal de fortaleza. La otra cara de la moneda es que esta estrategia les dejó servido un gran negocio a los financistas. Un festín en que el Estado vuelve a hacerse cargo de la cuenta.