ECONOMíA
Los supermercados facturan más vendiendo menos con más precios
El mes pasado, los despachos bajaron pero los ingresos de los súper aumentaron. Una pista para saber cómo evolucionaron los precios.
› Por Claudio Scaletta
Los supermercados venden menos, pero facturan más. Las ventas en las principales cadenas cayeron en junio respecto de mayo el 1,9 por ciento a precios constantes, pero crecieron el 1 por ciento a precios corrientes, informó el Indec. En términos interanuales, la diferencia entre volúmenes físicos y facturación fue aún mayor; 7,8 por ciento a precios constantes y 15,7 a precios corrientes. Conclusión: los supermercados aumentaron bastante los precios.
Los datos registrados por el Indec muestran tanto la estrategia de ventas de las grandes bocas minoristas como el comportamiento del consumo de una parte de la población. La primera conclusión que se obtiene de los números globales proporcionados por el organismo estadístico es que los supermercados apostaron a facturar por precio y no por volumen. La segunda, que esta estrategia brindó buenos resultados en el último año, aunque comenzó a dar señales de agotamiento en los últimos meses. Esto se reflejó en la caída en los volúmenes de venta, pero también por el traslado del consumo a otras bocas de expendio, tanto hacia las cadenas de tamaño mediano, como a los autoservicios y mercados barriales. El fenómeno es que una parte de los consumidores no se mostró dispuesta a convalidar los aumentos, muy probablemente por el estancamiento de sus ingresos, cuando no caída real, provocado por la inflación.
El economista de la Universidad de San Andrés Roberto Dvoskin explica que la estrategia de incrementar la facturación sobre la base de mayores precios funcionó en tanto corrió paralela a la expansión de salarios. El razonamiento presupone una estratificación del consumo según la cual a medida que los ingresos medios mejoran los supermercados grandes, con una oferta más diversificada, pero mayores precios, recuperan ventas en relación con otras bocas y viceversa. Este comportamiento fue corroborado por las mediciones del Indec. El desglose de los resultados del último mayo, cuando las ventas corrientes se incrementaron con respecto a igual período de 2004 el 11,6 por ciento, muestra que el crecimiento en las grandes cadenas fue del 11,1 por ciento y de las medianas (las que venden hasta 20 millones de pesos por mes) del 14 por ciento. Vale recordar que de las 73 cadenas relevadas sólo 10 son grandes, pero concentran el 81,6 por ciento de las ventas.
En este contexto, la nueva estrategia que los supermercadistas conversaron con el Gobierno –y sólo conversaron–, basada en regresar a las ofertas en los productos más sensibles de la canasta básica, resulta consistente con las malas señales relevadas por el Indec y conocidas antes por las empresas. Las ofertas intentarán ser otra vez el instrumento para recuperar ventas, en especial si los supermercados no quieren seguir perdiéndolas a manos de las restantes bocas minoristas.
Otro dato es que la estructura laboral de las empresas del sector es bastante inmutable. En mayo el sector empleaba a 87.961 personas, lo que comparado con igual mes de 2004 representó un crecimiento de 43 empleados. En otras palabras, la mejora de la facturación en 11,6 por ciento y de las cantidades vendidas en 8,4 por ciento no tuvo efectos sobre la creación de puestos de trabajo.
En tanto, en los centros de compras (shoppings), las ventas no se vieron afectadas, sólo se registró en junio una baja marginal del 0,1 por ciento respecto de mayo, mientras que en el primer semestre, crecieron el 25,7 por ciento, en este último caso a precios corrientes.