El Gobierno formalizó el aumento de la jubilación mínima de 350 a 390 pesos –11,4 por ciento más, retroactivo al 1º de septiembre–, medida que beneficiará a unos 2,5 millones de personas, entre jubilados y pensionados. Una vez más quedaron afuera de toda mejora unos 900 mil pasivos que cobran por encima de la mínima. Después de siete aumentos consecutivos de este concepto, hoy más del 70 por ciento de los jubilados perciben el haber mínimo.
Los encargados de anunciar públicamente la decisión fueron Roberto Lavagna y el titular del Anses, Sergio Massa. “El Gobierno ha dispuesto un aumento de las prestaciones jubilatorias mínimas, lo cual implica que va a hacer uso de 1135 millones de pesos anuales con ese destino”, dijo el ministro. Lavagna precisó los fondos para financiar el aumento provienen de la ascendente recaudación previsional, que “aumenta por encima de lo que estaba previsto en el presupuesto por el alto nivel de la actividad económica”. “El presidente Kirchner decidió atender cuestiones de orden social y de obras con estos fondos”, destacó el ministro.
Paradójicamente, Lavagna fue quien más se opuso dentro del gabinete a este aumento, con el argumento de que un exceso de consumo de los jubilados podía presionar sobre los precios. Pero la baja inflación de agosto (0,4 por ciento) ayudó a ahuyentar fantasmas y a vencer la resistencia del equipo económico.
El incremento alcanzará a 2.522.125 beneficiarios de los cuales 2.100.000 son jubilados y pensionados del sistema nacional; 398.731 beneficiarios de pensiones no contributivas; y 14.550 veteranos de la guerra de Malvinas (que cobran tres haberes mínimos). La medida impactará además en los beneficiarios de la jubilación anticipada (aquellos que tienen 30 años de aportes, pero menos de la edad que fija la ley para jubilarse), que son otros 37.450 beneficiarios.
Massa explicó, además, que la mejora no es incompatible con el subsidio socio-sanitario del PAMI, de 30 pesos. Así, para aquellos jubilados que cobran la mínima, están afiliados al PAMI y pudieron gestionar el subsidio, entonces el haber mínimo ascendería a 420 pesos mensuales.
Desde julio del 2003 hubo siete aumentos consecutivos de la mínima: en julio del 2003 se llevó de 150 a 220; en enero del 2004 a 240 pesos; en junio del mismo año a 260 pesos; en septiembre a 280 pesos; ese mismo mes se volvió a subir a 308 pesos; en julio del 2005 a 350 pesos; y este último a 390. En septiembre del 2004, además, se elevaron las jubilaciones inferiores a 1000 pesos en un 10 por ciento.
La política de concentrar todos las subas en la mínima derivó en lo que los expertos llaman el “achatamiento” de la pirámide de jubilaciones. Dicho más simple: cada vez más jubilados cobran la mínima. Según los últimos datos, más del 70 por ciento de los que cobran beneficios previsionales está en esta situación, lo cual genera un divorcio notable entre los aportes realizados durante la vida activa y el haber como pasivo.
Para peor, el poder adquisitivo de una gran cantidad de jubilados se derrumbó desde la devaluación. Desde entonces, el índice de precios al consumidor creció 67 por ciento. Sólo los que cobraban el haber mínimo desde un principio (150 pesos) obtuvieron una recomposición de sus haberes muy superior a la inflación. En cambio, para 770 mil jubilados que perciben remuneraciones de entre 390 y 1000 pesos –y que otra vez no recibirán ningún aumento– la mejora fue de apenas 10 por ciento. Más aún, para quienes ganan más de 1000 pesos, unos 132 mil pasivos, su jubilación quedó totalmente congelada.
El caso de los que no recibieron hasta ahora aumentos “es un dilema a resolver”, admitió ayer el jefe de Gabinete, Alberto Fernández.
En la Anses también reconocen esta situación, pero responden con los números de mejora del haber medio jubilatorio, que pasó de 366 pesos en enero del 2003 a 514 pesos en la actualidad. Igualmente, esa jubilación media representa menos del 50 por ciento del salario promedio en blanco dela economía, cuando según los expertos previsionales la relación debiera ser, al menos, del 70 por ciento.